| Cuando era joven cortejando a las chicas
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| Me jugué un juego de espera
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| Si una criada me rechazara lanzando rizos
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| Dejaría que la vieja Tierra hiciera un par de remolinos
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| Mientras la llenaba de lágrimas en lugar de perlas
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| Y cuando llegó el tiempo, ella vino a mi manera
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| Cuando llegó el momento, ella vino
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| Oh, es mucho, mucho tiempo de mayo a diciembre
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| Pero los días se acortan cuando llegas a septiembre
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| Cuando el clima otoñal convierte las hojas en llamas
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| Y no tienes tiempo para esperar el juego
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| Cuando los días se reducen a unos pocos preciosos
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| septiembre noviembre
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| Y estos pocos días dorados que compartiría contigo
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| Esos días dorados que comparto contigo
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| Cuando te encuentras con las jóvenes a principios de la primavera
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| Los cortejas con canciones y rimas
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| Responden con palabras y un anillo de trébol
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| Pero si pudieras examinar los bienes que traen
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| Tienen poco que ofrecer excepto las canciones que cantan
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| Y el abundante desperdicio de tiempo del día
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| Una gran pérdida de tiempo
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| Oh, es un largo, largo tiempo de mayo a diciembre
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| Pero los días se acortan cuando llegas a septiembre
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| Cuando el clima otoñal convierte las hojas en llamas
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| Uno no tiene tiempo para el juego de espera
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| Oh, los días se reducen a unos pocos preciosos
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| Septiembre noviembre
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| Y estos pocos días preciosos los pasaré contigo
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| Estos preciosos días los pasaré contigo |