| Niebla, en la noche más fría
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| arrastra los susurros, el aliento mohoso más espeso
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| Contra todos los oídos sordos, los secretos parpadearon, afilados como llamas.
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| Es viejo, es desconocido
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| Tocando la piedra escarchada, como el cascarón de una serpiente
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| Una enfermedad del alma cancerosa, malévola, parasitaria
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| Bajo las olas saladas, el cielo grisáceo
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| Exigir un servicio con ira
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| Por las montañas altos templos oxidados
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| Y las marcas de las garras
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| Apuntando a fuegos arriba
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| Desde lo profundo más allá de la cordura
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| la raza antigua
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| Alcance de garras y dedos
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| Filtrarse fuera de la conciencia
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| El precursor de la locura
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| Crujiendo abrir la puerta
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| Levanta sus cuernos
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| esta llamando
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| La arena negra entró en la boca, los ojos y los oídos, se abrió paso entre su cráneo
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| Tratando de hacerlo parte del océano, al igual que las cosas muertas
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| Vieron oscuridad, sintieron una presencia insoportable en el frío helado de las muertes desconocidas
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| ¿Lo ves?
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| Desde su lugar de descanso, es la noche, el terror y el deseo
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| Sin contacto y amenazante, toma prestado, en lo profundo de todas las mentes, abre el vacío
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| Expande el mal, expande el odio, y en su fragilidad
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| En un horror congelado y desconocido, una locura sin límites
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| de eones
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| Muerte
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| Es de noche, se desentierra, y de los mares y de las criptas
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| En los vientos, soplando locura a través del espejo, de eones |