| Hola, mi viejo ¿cómo le ha ido?
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| Bendición, padre, que mucho he crecido
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| También he aprendido por lo que he vivido
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| Que si he ganado o perdido hay que ser agradecido
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| Óigame, viejo, también he sufrido
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| Y también mi madre, pero fiel se ha mantenido
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| Éstos últimos 20 años qué largos han sido
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| Y cada uno de tus hijos tiene su propio nido
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| A veces pienso que pesa la cruz que llevo a cuestas
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| A veces miro al cielo y le pregunto a Dios buscando respuestas
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| Porque sabemos del día en que nacemos
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| Pero nunca sabremos del día en que no estaremos
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| Ayer de nuevo lloré, lloré, lloré, lloré
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| De nuevo lloré, lloré, lloré, lloré
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| Recordando cuándo fue que se fue
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| Viejo, te amo, viejo, te extraño, te necesito
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| Como en el primer día en el que tú te fuiste
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| A veces le agradezco a dios por cosas que no viste
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| Pero más le agradezco por las cosas que hiciste
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| Viejo, las nenas ya están grandes y yo tengo 4 hijos
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| Una carrera exitosa y más de 30 primaveras
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| Personas importantes que me aprecian de veras
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| Como hago que vibren los conciertos, viejo, si tú me vieras
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| Como gritan multitudes cuando mencionan mi nombre
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| Como hago que a mujeres se les caliente la sangre
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| Como me hubiese gustado que me vieras ya hecho un hombre
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| Pero estoy bien orgulloso del hombre que fue mi padre
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| Recuerdo bien aquella noche en la que usted se fue
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| Lo perdí a usted y también perdí mi fe
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| Recuerdo también ver a mami bebiendo su café
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| Mezcla’o con lágrimas, porque usted se fue
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| Ayer de nuevo lloré, lloré, lloré, lloré
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| De nuevo lloré, lloré, lloré, lloré
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| Recordando cuándo fue que se fue
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| Han pasado agosto 25 en que no llamo a la vieja
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| A veces la dejo que llore porque su mente se aleja
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| Todavía siente que usted le dice «Te amo» en la oreja
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| Y siempre dice que de usted nunca tuvo ni una queja
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| Oiga, Don Luis, con Doña Nilda tuve un par de trifulca'
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| Recuerdo que me dio una pela por mi primera tulca
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| A los 19 me vio preso, eso no lo olvido nunca
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| Y gracias a ella tengo 30 y sé de qué voy en busca
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| Y por usted mi viejo aprendí a respetar mi prójimo
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| Por usted aprendí a esperar de mí mismo lo máximo
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| Que no todo el que gane el éxito es legítimo
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| Que no maltrate mujeres y que fallar cuesta carísimo
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| Creo en el Cristo que vive en reino 'e los cielos
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| Y cuando levante vuelo
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| Oiga, Don Luis, cambiando el tema usted hace rato es abuelo
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| Y yo a sus nietos les enseño que el infierno está en éste suelo
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| Recuerdo bien aquella noche en la que usted se fue
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| Lo perdí a usted y también perdí mi fe
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| Recuerdo también ver a mami bebiendo su café
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| Mezcla’o con lágrimas, porque usted se fue
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| Ayer de nuevo lloré, lloré, lloré, lloré
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| De nuevo lloré, lloré, lloré, lloré
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| Recordando cuándo fue que se fue
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| Siento una lágrima en mi pecho
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| Y en mi alma el recuerdo de mi viejo
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| Una foto en el espejo
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| Quiero ser su reflejo
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| Te siento cerca aunque estés tan lejos
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| Al que mira con desprecio a su padre
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| Y rehúsa obedecer a su madre
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| Que los cuervos del valle le saquen los ojo'
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| Y se los coman vivos los buitres
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| Tres cosas hay que me causan asombro
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| Y una cuarta no alcanzo a comprenderla
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| El rostro del ángel en el cielo
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| El rostro de la serpiente en la roca
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| El rostro del barco en alta mar
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| Y el rostro del hombre en la mujer
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| Oiga, viejo
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| Yo sé que usted me está viendo desde arriba
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| Ya su hijo es artista
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| La Verdadera Máquina |