| Para los tristemente casi felices | 
| Para los que sueñan entre los que esperan | 
| Para las madres que luchan por sus críos | 
| Por el futuro, por lo nunca visto | 
| Por lo que seremos, lo que nos espera | 
| Entre la hierba, entre el verde estalla | 
| Sin previa llamada, casi por sorpresa | 
| Siempre cenicienta, la luz de la mañana | 
| Llega, llega, llega, llega, llega, llega, llega, llega … | 
| A través de las persianas, por las cerraduras | 
| Bajo las puertas, entre las ranuras | 
| Sobre las montañas hasta el fondo del mar | 
| Tus ojos lucen, reflejada solar | 
| Entre las rejas, las nubes, las fuentes, los cristales | 
| La ropa que se seca, las hojas de los árboles | 
| Las banderas que no paran de luchar | 
| Las caras de los niños cantan | 
| A través de las botellas los pasos de la noche anterior | 
| Las verjas, las fronteras, la red del pescador | 
| Cruzando la galaxia a gran velocidad | 
| Precisa y clara la llaman solar | 
| Hasta los armarios, entre las camisas | 
| Hasta las esquinas y las cantonadas | 
| A través del polvo y de las llamadas | 
| Con la misma entrega, vuela, avanza sobre la nieve | 
| Desiertos, ciudades y bosques | 
| Entre las estrellas como una llama | 
| Desde el este llega hasta esta cama | 
| Con la misma fuerza, la luz de la mañana | 
| Desde el este llega hasta esta cama | 
| Desde el este llega hasta esta cama | 
| Desde el este … |