| Compadre, se cansó la mula de la noria
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| y el espejito de sentirse tan opaco,
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| el lapicero de comerse las historias,
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| el calabobos de las nubes de tabaco,
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| y al bufón se le tuerce la risa con cada amuleto,
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| se cansó de esperar a su sueño despierto,
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| ¿mi sueño donde está?, durmiendo la tajá,
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| que se ha pinchado con la rueca en el baño de un bar,
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| que no es titiritero, ni perro cortijero,
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| ni la cigarra ni la hormiga le han dejado entrar,
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| lo mando pa' lo oscuro y ya le pueden dar
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| bien por el culo a los fantasmas de la soledad,
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| me bastan cuarenta duros de felicidad.
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| La boca se cansó de lengua de madera,
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| los peces viejos de desenredar anczuelos,
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| cada petacho de tapar besos a ciegas,
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| los trasquilones de dormirse entre tu pelo,
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| y los charcos se aburren de dar puñaladas al cielo,
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| las mañanas de hablarnos con el papo lleno,
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| ¿mi sueño donde está?, durmiendo la tajá,
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| que se ha pinchado con la rueca en el baño de un bar,
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| que no es titiritero, ni perro cortijero,
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| ni la cigarra ni la hormiga le han dejado entrar,
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| lo mando pa' lo oscuro y ya le pueden dar
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| bien por el culo a los fantasmas de la soledad,
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| me bastan cuarenta duros de felicidad.
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| Y si me canso de vender los perdigones
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| te cuento las pecas, reparto manteca y colchones
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| A los mesías que vienen a ver
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| como me canso de embestir los corazones,
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| Y cada plazuela me cambia la piel por cartones,
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| que me cambian la cara a su vez.
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| ¿mi sueño donde está?, durmiendo la tajá,
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| que se ha pinchado con la rueca en el baño de un bar,
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| que no es titiritero, ni perro cortijero,
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| ni la cigarra ni la hormiga le han dejado entrar,
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| lo mando pa' lo oscuro y ya le pueden dar
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| bien por el culo a los fantasmas de la soledad,
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| me bastan cuarenta duros de felicidad. |