Información de la canción En esta página puedes encontrar la letra de la canción Un padre nuestro latinoamericano (En Vivo), artista - Nacha Guevara. canción del álbum No llores por mí, Argentina, en el genero Музыка мира
Fecha de emisión: 08.06.2015
Etiqueta de registro: Hispavox
Idioma de la canción: español
Un padre nuestro latinoamericano (En Vivo) |
Padre nuestro que estás en los cielos |
Con las golondrinas y con los misiles |
Quiero que vuelvas antes de que olvides |
Cómo se llega al sur de Río Grande |
Padre nuestro que estás en el exilio |
Casi nunca te acuerdas de los míos |
De todos modos, dondequiera que estés |
Santificado sea tu nombre |
No quienes santifican en tu nombre |
Cerrando un ojo para no ver las uñas sucias de la miseria |
En junio de mil nueve setenta y cinco |
Ya no sirve pedirte venga a nos el tu reino |
Porque tu reino también está aquí abajo |
Metido en los rencores y en el miedo |
En las vacilaciones y en la mugre |
En la desilusión y en la modorra |
En este ansia de verte pese a todo |
Cuando hablaste del rico, la aguja y el camello |
Y te votamos todos, por unanimidad, para la gloria |
También alzó la mano el indio silencioso |
Que te respetaba pero se resistía a pensar hágase tu voluntad |
Sin embargo una vez cada tanto |
Tu vountad se mezcla con la mía |
La domina, la enciende, la duplica |
Más arduo es conocer cuál es mi voluntad |
Cuando creo de veras lo que digo creer |
Así en tu omnipresencia como en mi soledad |
Así en la tierra como en el cielo |
Siempre estaré más segura de la tierra que piso |
Que del cielo intratable que me ignora |
Pero, quién sabe, no voy a decidir |
Que tu poder se haga o se deshaga |
Tu voluntad igual se está haciendo en el viento |
En el Ande de nieve |
En el pájaro que fecunda a su pájara |
En los cancilleres que murmuran «Yes sir» |
En cada mano que se convierte en puño |
Claro, no estoy segura si me gusta el estilo |
Que tu voluntad elige para hacerse; |
Lo digo con irreverencia y gratitud |
Dos emblemas que pronto serán la misma cosa |
Lo digo, sobre todo, pensando en el pan nuestro de cada día |
Y de cada pedacito de día |
Ayer nos lo quitaste, dánosle hoy |
O al menos el derecho de darnos nuestro pan |
No sólo el que era símbolo de algo |
Sino el de miga y cáscara |
El pan nuestro |
Y ya que nos quedan pocas esperanzas y deudas |
Perdónanos, si puedes, nuestras deudas |
Pero no nos perdones la esperanza; |
No nos perdones nunca nuestros créditos |
A más tardar mañana saldremos a cobrar a los fallutos |
Tangibles y sonrientes forajidos |
A los que tienen garras para el arpa |
Poco importa que nuestros acreedores perdonen |
Así como nosotros, una vez, por error |
Perdonamos a nuestros deudores |
Todavía nos deben como un siglo de insomnios y garrote |
Como tres mil kilómetros de injurias |
Como veinte medallas a Somoza |
Como una sola Guatemala muerta |
Y no nos dejes caer en la tentación |
De olvidar o vender este pasado |
O arrendar una sola hectárea de su olvido |
Ahora que es la hora de saber quiénes somos |
Y han de curzar el río el dolar y su amor contra-reembolso |
Arráncanos el alma el último mendigo |
Y líbranos de todo mal de conciencia |
Amén |