| Pongo a tus pies mi libertad
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| Mis siete vidas en tus manos
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| Mi corazón en tu portal
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| Mi ropa nueva sin pasado
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| Mis ojos en tu caminar
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| Y mi cruz en tu clavo
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| Mi soledad en tu mantel
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| Mis noches negras en tu almohada
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| Mi nuevo nombre en tu pared
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| Mi sombra al borde de tu cama
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| Mis labios secos en tu miel
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| Y mi leña en tu llama
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| Te entrego lo que soy y lo que tengo
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| A veces alegría, a veces un infierno
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| Desnuda vengo hasta tu casa vida mía
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| Por no llevar, no traigo ni el pan de cada día
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| Déjame que me muera de amor
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| Enredada en tu boca, en tu pelo
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| Déjame que descubra el rincón
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| Donde vive la flor que se abre a mis dedos
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| Déjame que me quede a vivir
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| Una vida, un minuto, un momento
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| No me digas que no ni que sí
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| Quédate junto a mí
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| Y que nos lleve el tiempo…
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| Y que nos lleve el tiempo
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| Te abro mi puerta sin llamar
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| Te dejo un sitio en mi costado
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| Te ofrezco un hueco en mi cantar
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| Te doy la palma de mi mano
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| Y un beso en cada despertar
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| Que me quede a tu lado
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| Que estoy cansada de maullar
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| Por las cornisas, los tejados
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| De esta tristeza sin final
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| Deja que me quede a tu lado
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| Pongo a tus pies mi libertad
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| Y mi cruz en tu clavo
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| Te entrego lo que soy y lo que tengo
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| A veces alegría, a veces un infierno
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| Desnuda vengo hasta tu casa vida mía
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| Por no llevar, no traigo ni el pan de cada día
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| Déjame que me muera de amor… |