| Todas las noches, después de regresar del trabajo,
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| Tres lindos chicos divertidos
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| Esparciendo notas en tu jardín,
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| Entretuvieron a familiares y amigos.
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| Olvidando todas las preocupaciones terrenales,
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| y sentándose en la hierba bajo el olmo,
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| Créeme, no sonaban peor que el jazz,
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Sí, sí, sí, sí, como el jazz.
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Los vecinos los iban a escuchar,
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| Los chicos corrieron en una multitud,
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| Incluso el conserje era un invitado frecuente,
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| Con mi familia numerosa.
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| Los gorriones cubrieron todas las ramas, -
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| ¿Cuánto podría caber el viejo olmo ...
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| Seamos realistas: tuvieron éxito entre las masas
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Sí, sí, éxito entre las masas,
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Y siempre en el balcón con flores.
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| Una cabeza era visible
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| Qué ojos brillan en la oscuridad,
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| Todos miraron con nostalgia a la luna.
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| y siguiéndola por las tardes,
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| Entonces un poco de jazz decidió:
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| "Bueno, el vecino se enamoró de uno de nosotros -
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| ¿A la mandolina? |
| ¿guitarra? |
| ¡¿O en el bajo?!”
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| A quien, a quien de nosotros -
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| ¿Mandolina, guitarra o bajo?
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| Y desde entonces se ha convertido en una ley para ellos:
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| Todos los días antes de jugar
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| Miraron hacia el balcón:
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| "Sin ella, ¿cómo puedes empezar?"
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| Y, envidiando cada tono,
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| Que voló hacia ella a esa hora fabulosa, -
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| Los tres pares de ojos se precipitaron hacia el balcón:
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Sí, sí, sí, sí, seis ojos
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Pasó el tiempo, pero los amigos no lo sabían todo.
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| Quien fue escogido como prójimo de entre ellos.
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| Discutieron mucho, se preguntaron:
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| “¿¡No podrías enamorarte de tres!?”
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| Discutimos mucho, aprendimos poco,
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| Y el vecino de repente desapareció de los ojos,
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| Y en vano convergieron al balcón más de una vez
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Sí, sí, sí, sí, más de una vez -
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| El caso es que la vecina amaba
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| Y ella amó con todo su corazón,
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| Danila, vecina de la Armada Roja,
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| Que volvió a casa de una caminata...
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| Y los amigos juraron hasta la tumba,
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| ¡Que ya no se sentarán debajo del olmo!
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| Y olvidado por todos yacen allí ahora -
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| Mandolina, guitarra y bajo!
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| Sí, sí, miente ahora
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| Mandolina, guitarra y bajo… |