| Hoy encontré una flor
|
| No sabe dónde va, perdida en la ciudad
|
| Busca un rayito de sol tras asfalto y cristal
|
| Mírala, bajando el búlevar…
|
| Hoy encontré una flor que no entiende a los hombres
|
| Nunca se dan la mano, disparan con cañones
|
| Se llenan de razones
|
| Sin cuidar sus corazones
|
| Dice que en la ciudad siempre se siente sola
|
| Nadie sonríe a nadie
|
| Y nadie le da bola
|
| Así quema las horas…
|
| Dice que entre cemento no existe poesía
|
| No hay sitio para el color
|
| Y ya nadie le fía
|
| En la calle alegría
|
| Hoy encontré una flor en un paso de cebra
|
| Quería cruzar en rojo, saltar desde la acera…
|
| Mandar todo a la mierda
|
| Su raíz no encuentra tierra…
|
| Dice que en la ciudad siempre se siente sola
|
| Nadie sonríe a nadie
|
| Y nadie le da bola
|
| Así quema las horas…
|
| Dice que entre cemento no existe poesía
|
| No hay sitio para el color
|
| Y ya nadie le fía
|
| En la calle alegría
|
| Y en los escaparates, detrás de los cristales
|
| Se burlan de ella las flores artificiales…
|
| No necesitan aire, tampoco primavera
|
| No necesitan agua, ni nada que las quiera
|
| Entre el humor y el ruido, la tarde se acelera
|
| En este mar de gente, es infeliz cualquiera
|
| Silbando melodías, aunque nadie le oiga
|
| Soñando tonterías, le pillan las estrellas…
|
| Y en los escaparates, detrás de los cristales
|
| Se burlan de ella las flores artificiales…
|
| No necesitan aire, tampoco primavera
|
| No necesitan agua, ni nada que las quiera
|
| Entre el humor y el ruido, la tarde se acelera
|
| En este mar de gente, es infeliz cualquiera
|
| Silbando melodías, aunque nadie le oiga
|
| Soñando tonterías, le pillan las estrellas… |