| La nube nociva oculta los retorciéndose y los marchitos
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| Las paredes llevan las marcas de la desesperación
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| Cortes de un pie hechos a mano en pánico
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| Agenda de asfixia, privación gaseosa de la vida
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| Un asalto a todos los sentidos, una ejecución espantosa
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| Estremecerse al ver a los muertos
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| Los despiadadamente perdonados esperan su turno para la tortura
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| Recién esquilados y seguros de su destino
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| Los histéricos se inician desde la reunión de los condenados
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| Forzados a furiosos humos, los torturadores están eufóricos
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| Quietus quintaesencia, ningún aliento rompe la quietud
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| Los ojos vuelven a caer en cuencas hoscas y hundidas
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| Lenguas que gotean adornan el suelo ácido
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| En el caballete de piedra
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| Adversarios animalistas pintan su obra
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| Huesos y pelo para pincel, piel amarillenta para lienzo.
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| Una paleta de pus y rojo rigor mortic produce la visión viciosa
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| Ahora barrerlos para forjar un nuevo arte de objetivo anticristiano
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| La nueva cosecha aterrorizada producirá un miedo deseable.
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| Números abundantes para la cosecha de la muerte
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| Execraciones esofágicas brotan de las fauces jadeantes
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| Sus exhalaciones finales una maldición sobre sus agresores
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| El ritmo de los difuntos
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| Los histéricos se inician desde la reunión de los condenados
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| Forzados a furiosos humos, los torturadores están eufóricos
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| Quietus quintaesencia, ningún aliento rompe la quietud
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| Los ojos vuelven a caer en cuencas hoscas y hundidas
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| Lenguas que gotean adornan el suelo ácido
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| En el caballete de piedra
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| Adversarios animalistas pintan su obra
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| Huesos y pelo para pincel, piel amarillenta para lienzo.
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| Una paleta de pus y rojo rigor mortic produce la visión viciosa
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| Ahora barrerlos para forjar un nuevo arte de objetivo anticristiano |