| Milonga de Gauna
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| El dolor se le fue
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| como por artimaña
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| vaya uno a saber
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| si es así o se engaña.
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| Su sonrisa final
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| vaya uno a saber
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| lo que quiso Gauna.
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| Dicen que su canción
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| ya estaba cantada
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| quién pudiera decir hoy
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| si sabía Gauna
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| que en aquel carnaval
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| cumpliría su rol.
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| Misterios del alma.
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| Emilio Gauna
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| murió en Palermo
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| en una noche de carnaval
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| acuchillado en un mano a mano
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| que se arrastraba de años atrás
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| ¡Acuchillado en un mano a mano!
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| Una duda resultó
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| ser mucho más fuerte,
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| una duda que enterró
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| el miedo a la muerte.
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| En su ciego puñal
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| una duda murió
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| En su cuerpo inerte.
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| El valor le llegó
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| cuando era debido,
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| el coraje que pidió
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| y le fue concedido.
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| Encontró a su rival
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| ni perdió ni ganó.
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| Se marchó tranquilo,
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| Emilio Gauna
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| murió en Palermo
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| en una noche de carnaval,
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| acuchillado en un mano a mano
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| que se arrastraba de años atrás.
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| Acuchillado en un mano a mano.
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| Emilio Gauna
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| murió en Palermo
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| en una noche de carnaval
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| Acuchillado en un mano a mano
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| que se arrastraba de años atrás.
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| Sueño de sangre y silencio*
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| Basado en un personaje de Adolfo Bioy Casares en su novela El sueño de los
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| héroes. |
| La anécdota de Bioy es a la vez simple y laboriosa. |
| En ciertos
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| carnavales del Buenos Aires de 1927, el joven Emilio Gauna, junto a unos
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| amigotes del cafetín y un cierto doctor Valerga, se pierde durante tres días en
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| los carnavales. |
| Amanece solo y sin recordar lo que ha sucedido, en una cancha
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| de fútbol abandonada por los bosques de Palermo. |
| Nebulosamente sabe que medio
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| se enamoró de una máscara y poco más recuerda.
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| Las pistas, luego, dan a entender que el brujo Taboada torció su destino,
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| y más tarde se sabrá que gracias a la hija del brujo, Clara, el protagonista
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| salvó su vida. |
| Gauna y los suyos se mueven en un mundo de peluquerías,
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| panaderías, cafés, pensiones y billares exentos de misterio, el frugal reino
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| de la melancolía tanguera por ciertos días idos, donde al parecer se
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| compadreaba y se resolvían enojos a cuchillo.
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| A Gauna, que se ha casado con Clara sin sospechar que ha sido su salvadora y
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| prospera en un taller mecánico, le ha sido dada una vida sin sobresaltos.
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| Y sin embargo, Gauna quiere resolver el misterio de su amnesia,
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| algo muy difícil de lograr en un ambiente donde todos, como en cualquier
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| barrio o en cualquier pensionado, están alerta a los pasos de todos.
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| Y Bioy logra el prodigio, finalmente, de hacer desaparecer tres años más tarde
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| a Gauna en unos nuevos carnavales y alcanzar, gozosamente, su final trágico.
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| El truco, bastante notable, consiste en haber construido un escenario
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| melodramático para un protagonista que, oscuramente, busca un final heroico.
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| Es como si Gauna, a tientas, se hubiera ganado el destino de otra novela,
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| de la novela que ensueñan quienes se quieren heroicos.
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| Sin testigos, sin escena, Gauna se hará cargo de su final. |
| Porque a diferencia
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| del melodrama, que vive de la gesticulación y del estrépito, el momento trágico
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| llega con la dicha del silencio. |