| Nos separamos en la última hora de este otoño,
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| Nosotros, por desgracia, no logramos llegar a las fronteras,
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| Dos copos de nieve se alejan el uno del otro,
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| En diferentes libros nos acostamos sobre la tela de las páginas.
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| Toquemos el invierno con dos simples acordes,
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| No pudo comprender sus giros,
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| Nos separamos tan orgullosos, orgullosos,
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| Ya perdidos el uno para el otro.
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| En el mundo del silencio de medianoche,
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| Y nadie llorará por nosotros,
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| Cuando morimos sin esperanza de resurrección.
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| Solo el sonido permanecerá en el mundo.
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| El toque de nuestras manos
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| En el mismo borde de estas escaleras de piedra.
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| Y cantaré, pero solo quedará el sonido
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| El toque de manos suaves
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| En el borde...
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| La noche dividió el mundo en pedazos y nosotros ya
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| No toques los ojos helados,
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| Desviado, de la nada, confundido
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| Ya no escucho pasos ni frases en absoluto.
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| Gritaré y me iré, mezclando lágrimas con nieve,
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| Envuelto frío en un abrigo como un chal,
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| Y de arriba sobre mis hombros el cielo cae dolorosamente
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| Y se estrella junto al asfalto.
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| Hay silencio de medianoche en el mundo.
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| Y nadie llorará por nosotros,
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| Cuando morimos sin esperanza de resurrección,
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| Solo el sonido permanecerá en el mundo.
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| El toque de nuestras manos
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| Y cantaré, pero solo quedará el sonido
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| El toque de manos suaves
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| En el borde...
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| Y los pasos miran la ciudad,
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| Solo hay puertas y cortinas.
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| Y el transeúnte, que se congeló en la carrera,
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| Y el buen ojo del director.
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| Y pasos como parte del paisaje,
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| Como parte principal del paisaje,
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| Pero tú y yo no podemos escalarlos,
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| Nunca suba a ningún lado.
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| Hay silencio de medianoche en el mundo.
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| Y nadie llorará por nosotros,
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| Cuando morimos sin esperanza de resurrección.
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| Solo el sonido permanecerá en el mundo.
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| El toque de nuestras manos
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| En el mismo borde de estas escaleras de piedra,
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| Y cantaré, pero solo quedará el sonido
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| El toque de manos suaves
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| En el borde... |