| Negando la vida, la vida se pierde
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| Palabras de sabiduría, no nos dejes
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| De la oscuridad somos, de la nada nos convertimos
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| Estrangula la llama de la luz, asfixia de la Vida
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| Míranos cómo nos desvanecemos
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| Vagamos solos, de aquí al olvido
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| Abrazado por las sombras, dirigido por el encantador
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| Entra en nuestra tumba para ser, ¿por qué no se nos dijo?
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| La ilusión de un predicador, la palabra de un muerto
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| Visión cegada, futuro dividido, masas en ave
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| Salvación para el acusado
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| «Venid a mí, hijos míos, dejad que os conduzca al perdón»
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| Llevando a sus discípulos a una muerte segura
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| Entran en la cueva tan frío
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| Cierra la puerta y entra en el mundo del más allá
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| La luz nunca se volverá a ver
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| Atrapado dentro ahora, las palabras no se alimentan
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| Los niños lloran, los ancianos mueren
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| Ojos vacíos, mentes seducidas
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| Nunca volverás a ser libre
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| La vida se desvanece, la sangre se drena de las venas
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| Alimentación del difunto
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| La vida no nacida nunca será
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| Arrancadas, las madres lloran
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| La profetisa proclama
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| Otra oración sin valor
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| El tiempo pasa lento, muriendo ilusiones
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| Una profetisa sola, todos los discípulos se han ido
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| No más almas para cosechar
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| Cosechadora lograda
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| Una vez más la oscuridad alimentará... |