| Desiderata. |
| Desiderata. |
| Desiderata
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| Anda plácidamente entre el ruido y la prisa
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| Y recuerda qué paz puede haber en el silencio
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| En la medida de lo posible sin rendirse
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| Estar en buenos términos con todas las personas
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| Di tu verdad en voz baja y clara, y escucha a los demás:
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| Incluso los aburridos e ignorantes, ellos también tienen su historia.
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| Evita a las personas ruidosas y agresivas, son vejaciones para el espíritu.
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| Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado.
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| Porque siempre habrá personas mayores y menores que tú
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| Disfruta de tus logros así como de tus planes
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| Manténgase interesado en su propia carrera:
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| Por humilde que sea, es una posesión real en las fortunas cambiantes del tiempo.
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| Sea precavido en sus asuntos comerciales
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| Porque el mundo está lleno de engaños
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| Pero que esto no te ciegue a la virtud que hay
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| Muchas personas luchan por altos ideales.
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| Y en todas partes la vida está llena de heroísmo
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| Ser uno mismo
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| Especialmente no finjas afecto, ni seas cínico en el amor.
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| Porque ante toda aridez y desencanto
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| es tan perenne como la hierba
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| Toma amablemente el consejo de los años
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| Entregando con gracia las cosas de la juventud
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| Nutre la fuerza del espíritu para protegerte en desgracias repentinas
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| Pero no te angusties con fantasías -
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| Muchos miedos nacen del cansancio y la soledad.
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| Más allá de una sana disciplina, sé amable contigo mismo
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| Eres un hijo del universo
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| No menos que los árboles y las estrellas, tienes derecho a estar aquí
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| Y si te queda claro o no
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| Sin duda el universo se está desarrollando como debería
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| Estad, pues, en paz con Dios, cualquiera que sea vuestra concepción de Él
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| Y cualesquiera que sean sus trabajos y aspiraciones
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| En la ruidosa confusión de la vida
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| mantén la paz |