| Confesaré, ha vuelto aquella fiebre de siempre
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| Y tras la ventana, desnudaba a la mitad de la gente
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| ¿Por qué sus vidas me parecen mejor?
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| Si no he aprendido, ya no hay solución
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| Te nombro culpable de mi gris situación
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| Su mundo es tan lúdico, robaron mis mejores escenas
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| Brillantes y lúcidos, parecen caminar sobre ruedas
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| ¿Por qué esperar, si ansío libertad?
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| ¡Dejadme entrar, seres únicos, por una vez, verme
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| Único! |
| De los que gritas al ver «¡qué sexis son!»
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| Fidelidad, idea relativa aguafiestas
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| Es lo que pienso cuando llegas con mirada funesta
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| Si ni tú ni yo, nos conformamos fácil
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| ¿no es duro de aceptar, que seamos selección natural?
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| Y por la televisión
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| Sale alguien con tu extraña chaqueta
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| Te queda bastante peor
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| Te falta altura para ser ella
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| Y creo escuchar, la misma atrocidad
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| ¡Dejadme entrar, seres únicos, por una vez, verme único!
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| De los que gritas al ver «¡qué sexis son!»
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| Y a veces pienso que en el mundo real, hay tres bandos
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| Los unos que viven y otros que lo intentan
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| Los terceros… solo sueñan
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| Si leyeras mis ideas, pensarías que
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| Soy el hombre equivocado
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| Pero entonces con un gesto haces luz
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| Olvídalo, olvídalo, hay un mundo y tú
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| Puede que, en realidad, sea como tú
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| Puede que, en realidad, seamos únicos
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| Puede que, en realidad, seamos únicos
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| Puede que, en realidad, sea como tú… |