| Buscaré tu jaula a tientas
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| Pa que otra vez me mientas
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| Y digas que no hay carbón
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| Que manche mi almohada
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| Que el alma me chilla
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| Que salen astillas de mi corazón
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| Sube conmigo a la acera
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| Verás la tiritera que da de ver el color
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| Que dan a la tierra los hijos de perra
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| Que pintan de oscuro todo corazón
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| Que se atreva a latir
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| Y quieren derribar el tronco
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| De ruiseñores roncos
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| Donde vivimos tú y yo
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| Que no tiene dueño, ni dioses, ni reyes
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| Que suenen los muelles de mi corazón
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| «ten cuidao con la luna" — dicen las estrellas-
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| Más guapa que ninguna me quedo con ella otra vez
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| Me mata pero a gatas vuelvo a nacer
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| Bizquean las farolas de los sueños míos
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| Mis pensamientos llenan de escombros el río de miel
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| De cada sitio que toca su piel
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| Mi madriguera tiene cuatro mil ventanas
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| Para salir corriendo si me viene en gana correr…
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| Y que amanezca si va a amanecer
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| Que el hijo de la Inés me ha roto las esquinas
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| Para que en mi azotea aniden golondrinas, ya ves
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| No sabe ná de lo que hay que saber
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| Y en su patio caen las pinzas de la ropa de algún Dios
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| Para que le abra la puerta
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| Y en el mío, de cuclillas, se ha puesto a cagar el sol
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| Para que nunca me duerma
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| Que dicen que la noche se ha quedado corta
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| A ti te da lo mismo y a mi no me importa, y ayer…
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| ¿qué voy a hacerle si ayer era ayer?
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| Que el hijo de la Inés no entiende de colores
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| Y dice que entre amores nunca se ha caído de pie
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| Que se descuida y se vuelve a caer
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| Y en su patio caen las pinzas de la ropa de algún Dios
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| Para que le abra la puerta
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| Y en el mío, de cuclillas, se ha puesto a cagar el sol
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| Para que nunca me duerma |