Visiones de gloria se avecinan
|
En mis oídos resuena la vieja voz del rey
|
A cambio de la eternidad
|
Tu sangre la tienes que sacrificar
|
Tantos caballeros lucharán por el oro
|
Pero lucharé solo para ser libre
|
La vida es el regalo más poderoso de Dios
|
Y vivir es obra de coraje
|
La batalla ruge por todos lados
|
Los hombres masacrados en gritos moribundos
|
La sangre está pintando mis pantorrillas rojas
|
¿Quién puede encontrar a Dios en todo esto?
|
Mis gritos ahora mojan mi rostro ensangrentado
|
Mientras camino y atravieso a hombres valientes
|
Hombre matando a hombre por poder y oro
|
Miro a mi alrededor con el alma ennegrecida
|
Una y otra vez vuelan los recuerdos
|
Como fervientes arcoíris colorean mi mente
|
Me traen a mi día de caballero
|
Cuando me dieron espuelas y nombre
|
Pero allí encuentro un juramento peligroso
|
Que hablé hace tanto tiempo
|
Hablaba de servidumbre a un hombre
|
El hombre que ahora nos llevó a la guerra
|
Para mantener mi juramento no puedo saltar
|
Pero ¿por qué los hombres hacen vulgares juramentos
|
Que les impiden obtener resultados correctos
|
Cuando su vida tratan de decidir
|
Desde que nací juré servir a un Rey
|
¿Cómo puedo servir un segundo?
|
Él me concedió una vida para vivir
|
Y todos tienen el mismo derecho
|
Mantén tu sangre en ti
|
Mantente vivo, ¿quieres?
|
Lucha con la muerte si tu
|
Si te quedan agallas, lo harás.
|
El fuego de las flechas aún diezma
|
Pero finalmente ganamos el día
|
Los bufones acorazados ahora sonríen
|
Luchan por luchar, no cuando es correcto
|
Paso audazmente para encontrarme con el rey
|
Le digo que mi deber está hecho
|
Mi país ahora está protegido
|
Pero más allá es su guerra
|
La posesión es la causa de la guerra
|
Defensa y guerra dos cosas diferentes
|
¿Cómo podría mezclarlos al principio?
|
Uno protege, el otro mata.
|
Cabalgo hasta una colina solitaria
|
Veo el campo de batalla teñido de rojo
|
Los horizontes se abren de par en par
|
No estoy allí ahora, ¡estoy en otro lugar! |