Los dioses maldijeron a la loca Roma, la ciudad de las mujeres abandonadas y los lisiados.
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Aquí tragan humo envenenado, cortan las venas con una cuchilla.
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Aquí en vacaciones la gente va a ver cómo late un hombre en agonía,
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Qué feroces festines de muerte en el círculo amarillo de la arena.
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La fuerza trae libertad, gana y te convertirás en una estrella, o tal vez encuentres la paz.
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Coro:
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Tu enemigo está en el polvo, miserable y débil, una bestia acosada, un esclavo herido.
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Otro segundo y dirá: "¡Mata!", el dedo del emperador.
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“Santo destino no contradigas”, aúlla la multitud, siente la sangre.
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No vale la pena: ni esposas, ni amigos. |
¡La vida de un emperador es el Coliseo!
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Como perros que luchan por un hueso, los condenados se desgarran la carne unos a otros.
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No hay emoción o ira en sus ojos, nada más que dolor.
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Tú solo no te quebraste, no te acostaste de los golpes, el Señor te guardó.
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Verás, César descendió sobre la arena para recompensarte con un testamento.
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La fuerza trae libertad, gana y te convertirás en una estrella, o tal vez encuentres la paz.
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Coro:
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Tu enemigo está en el polvo, miserable y débil, una bestia acosada, un esclavo herido.
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Otro segundo y dirá: "¡Mata!", el dedo del emperador.
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“Santo destino no contradigas”, aúlla la multitud, siente la sangre.
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No vale la pena: ni esposas, ni amigos. |
¡La vida de un emperador es el Coliseo!
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Tu enemigo está en el polvo, miserable y débil, una bestia acosada, un esclavo herido.
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Otro segundo y dirá: "¡Mata!", el dedo del emperador.
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“Santo destino no contradigas”, aúlla la multitud, siente la sangre.
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No vale la pena: ni esposas, ni amigos. |
¡La vida de un emperador es el Coliseo!
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Recuerda, recuerda, eras: un líder orgulloso y sabio.
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Recuerda, recuerdas cómo entraron los soldados a tu casa.
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¡Encontraste el amanecer entre las rocas chamuscadas!
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Pasó el tiempo, y ahora, ¡ha llegado la hora del ajuste de cuentas!
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¡Pan y espectáculos para la gente al límite!
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¡La fuerza trae libertad, gana!
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Tu enemigo en el polvo es patético y débil;
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Una bestia perseguida, un esclavo herido -
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Y la espada del gladiador sacó chispas de las piedras grises...
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“Santo destino no contradigas”, aúlla la multitud, siente la sangre.
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No vale la pena: ni esposas, ni amigos. |
¡La vida de un emperador es el Coliseo!
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¡Coliseo! |