| En la vez primera de un amor desconsolado
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| En el epicentro de un ayer que despertó
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| El mejor recuerdo, mi mejor versión
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| Sigo conservando lo que me arrancó
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| Se fue el huracán y quedo yo
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| Quien sabe del alma nunca da por hecho
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| Quien se pone a salvo es porque se cayó
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| Fue su boca por mi libertad
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| Cuando el río me empezó a sonar
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| Yo ya nadaba dentro
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| Tanta vida me dejó en los ojos
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| Cuánto amor de desalojo, las palmeras se van a partir
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| Corre el viento limpiando las calles
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| Se oye el eco mientras abren las tiendas en París
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| Tuve lo que nunca fue mentira
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| La pasión incontrolada de un invierno que está por venir
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| Que feliz me fui aquella mañana
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| Qué locura deletreada por mis ganas de sentir
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| En la despedida me miró sin ataduras
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| No nos hizo falta comprender lo que pasó
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| En blanco y negro sus manos buscaban
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| La fuerza con la que me despertaba
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| Y en mi espalda su aliento se quedó
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| Tanta vida me dejó en los ojos
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| Cuánto amor de desalojo, las palmeras se van a partir
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| Corre el viento limpiando las calles
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| Se oye el eco mientras abren las tiendas en París
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| Tuve lo que nunca fue mentira
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| La pasión incontrolada de un invierno que está por venir
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| Que feliz me fui aquella mañana
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| Qué locura deletreada por mis ganas
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| Tanta vida me dejó en los ojos
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| Cuánto amor de desalojo, las palmeras se van a partir
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| Corre el viento limpiando las calles
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| Se oye el eco mientras abren las tiendas en París
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| Tuve lo que nunca fue mentira
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| La pasión incontrolada de un invierno que está por venir
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| Que feliz me fui aquella mañana
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| Qué locura deletreada por mis ganas de sentir
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| Que feliz me fui aquella mañana
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| Qué locura deletreada por mis ganas de sentir |