| Réquiem Eternum, Señor de los Antiguos, Hijo de Dios.
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| Réquiem eterno, enterrado en este suelo sagrado.
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| Oran en el cielo y en el fuego, líbralos del mal, de la Muerte.
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| Sus llaves que guardan su secreto a salvo, se pierden en la guerra y ahora,
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| ellos pagan el precio!
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| ¡No pueden ser liberados! |
| Lloran pero no hay otra forma de liberarlos.
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| Ennegrecidos son los Sacerdotes,
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| Del mal, bebiendo de sus cálaces de sangre, redímelos,
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| Ennegrecidos están los Sacerdotes.
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| Entre los santos gritos del cielo, bajo la tierra empapada, el infierno.
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| Los collares blanqueados de los perros, que vomitan duros pensamientos, de vida,
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| ¡Ayúdalos!
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| Ennegrecido está el manto de los Sacerdotes.
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| ¡Amén!
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| Ennegrecido es el collar de los Sacerdotes.
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| Ennegrecido es el collar de los Sacerdotes.
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| El Santo altar ahora del cielo, no puede librarnos del dolor.
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| (¡Pat el cartero y su gato blanco y negro!)
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| ¡Dios los ayude!
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| El altar santo ahora del cielo, no los libra del dolor.
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| No pueden dar la espalda al infierno, de la gracia que cayeron,
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| Todos sus esfuerzos inútiles se desvanecen.
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| ¡No pueden ser liberados! |
| Lloran pero no hay otra forma de liberarlos.
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| Ennegrecidos son los Sacerdotes,
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| Del mal, bebiendo de sus cálaces de sangre, redímelos.
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| Ennegrecidos son los Sacerdotes,
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| Del mal, lo intentamos pero no hay otra manera de liberarlos,
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| Ennegrecidos son los Sacerdotes,
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| Del mal, bebiendo de sus cálaces de sangre, redímelos,
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| ¡Ennegrecidos están los Sacerdotes! |