| Y cabalga el mundo de nunca jamás de su propia montaña majestuosa. |
| Y
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| Recordando la nieve y los demonios, ella vuela... A través de un
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| Escarlata para siempre, con un brillo más divino. |
| Las brujas cabalgan
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| El sabbat, solo una brisa en su camino. |
| El aliento de los no nacidos
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| Los dioses soplan en su cabello y ella corre al encuentro de la noche. |
| Contra
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| La consagración superficial del suspiro de las arañas, bebiendo la plata
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| Por sus venas, una sanguina estrellada viva. |
| ella nunca puede venir
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| Abajo, nunca vuelvas, ella no está aquí. |
| Una lastimera lujuria del
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| Común, arañándola, gritando, pero solo tú puedes verla. |
| Ella
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| Baila el pentagrama en llamas, iluminado como el fuego del infierno
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| Espontánea y natural, la kundalini del alma. |
| ven a mi
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| Salón, la tentadora roja, la sangre de la luna lavando a
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| Limpieza de la muerte
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| Un himno réquiem por el refugio de las almas, vengan los elegidos
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| El esbelto silencio de la tumba, la visión del nuevo tiempo, la
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| Tumbas húmedas y esperando como las serpientes de la tierra
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| Un suspiro silencioso y lúcido, un portal como ningún otro, profundo y oscuro y
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| Místico en el atractivo del final. |
| Monstruosos salones de su mente, un
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| Laberinto oscuro, sin consumir nada y creando la red. |
| un abismo
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| De dolor, llorando en las batallas de demonios y risas, corre a
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| Penetrar la tormenta. |
| Ella viene como la nueva muerte, la perdida
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| Transformación, el círculo de la dimensión invisible. |
| Y ella
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| La conciencia pasa entre ratas, muerde entre trampas, ella
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| No lo quiere más. |
| Siempre sabiendo por encima de la altura del viento
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| La vista de la belladona difiere, ya que la luna ilumina el camino
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| Silencio. |
| Ella monta su propia majestad. |
| Tranquilo suspiro lúcido, puerta de entrada
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| Como ningún otro, profundo, oscuro y místico en el atractivo del final
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| Pero a medida que el sol muere para siempre, su corona crece para siempre |