| Oh pequeña ciudad de Belén
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| Cómo todavía vemos la mentira
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| Por encima de tu sueño profundo y sin sueños
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| Las estrellas silenciosas pasan Sin embargo, en tus calles oscuras brilla
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| la luz eterna
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| Las esperanzas y los miedos de todos los años
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| Se encuentran en ti esta noche
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| Porque Cristo es nacido de María
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| Y reunido todo arriba
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| Mientras los mortales duermen, los ángeles guardan
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| Su reloj de amor inquieto
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| Oh, estrellas de la mañana, juntas
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| Proclamar el santo nacimiento
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| Y cantan alabanzas a Dios Rey
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| Y paz a los hombres en la tierra
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| Que silenciosamente, que silenciosamente
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| El regalo maravilloso es dado
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| Así Dios imparte a los corazones humanos
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| Las bendiciones de su cielo
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| Ningún oído puede oír su venida
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| Pero en este mundo de pecado
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| Donde las almas mansas lo recibirán, aún
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| El Cristo amado entra en Donde los niños puros y felices
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| Oración al Niño bendito
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| Donde la miseria clama a ti
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| Hijo de la madre leve
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| Donde la caridad se encuentra mirando
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| Y la fe abre la puerta de par en par
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| La noche oscura despierta, la gloria se rompe
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| Y la Navidad llega una vez más
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| Oh santo Niño de Belén
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| Desciende a nosotros, oramos
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| Echar fuera nuestro pecado y entrar en Nacer en nosotros hoy
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| Escuchamos a los ángeles de Navidad
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| Las grandes buenas noticias dicen
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| ¡Oh, ven a nosotros, quédate con nosotros, Nuestro Señor Emmanuel! |