| Montar a caballo en la ciudad de Nueva Orleans
|
| Tren de la mañana del lunes central de Illinois
|
| Quince autos y quince jinetes inquietos
|
| Tres conductores y veinticinco sacos de correo
|
| A lo largo de la odisea hacia el sur
|
| El tren se detiene en Kankakee
|
| Rueda a lo largo de casas, granjas y campos pasados.
|
| Pasando trenes que no tienen nombres
|
| Patios de carga llenos de viejos negros
|
| Y los cementerios de los automóviles oxidados
|
| Buenos días América, ¿cómo estás?
|
| Dije, no me conoces, soy tu hijo nativo
|
| Soy el tren al que llaman La ciudad de Nueva Orleans
|
| Me habré ido a quinientas millas cuando termine el día
|
| Dealin 'juegos de cartas con los viejos en el coche del club
|
| Un centavo por punto no es nadie manteniendo la puntuación
|
| Pasa la bolsa de papel que contiene la botella.
|
| Siente las ruedas retumbando bajo el suelo
|
| Y los hijos de porteros pullman y los hijos de ingenieros
|
| Montar las alfombras mágicas de su padre hechas de acero
|
| Las madres con sus bebés dormidos se mecen al ritmo suave
|
| Y el ritmo de los rieles es todo lo que sienten
|
| Buenos días América, ¿cómo estás?
|
| Dije, no me conoces, soy tu hijo nativo
|
| Soy el tren al que llaman La ciudad de Nueva Orleans
|
| Me habré ido a quinientas millas cuando termine el día
|
| Buenos días América, ¿cómo estás?
|
| Dije, no me conoces, soy tu hijo nativo
|
| Soy el tren al que llaman La ciudad de Nueva Orleans
|
| Me habré ido a quinientas millas cuando termine el día
|
| Buenas noches, América, ¿cómo estás?
|
| Dije, no me conoces, soy tu hijo nativo
|
| Soy el tren al que llaman La ciudad de Nueva Orleans
|
| Me habré ido a quinientas millas cuando termine el día |