| 'Era temprano una mañana una doncella hermosa se levantó
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| Y se vistió con la ropa más fina
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| Y a la tienda del zapatero seguro que va
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| Por el beso en la madrugada
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| El zapatero se levantó y pronto la dejó entrar.
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| Su punzón y su martillo estaban limpios como un alfiler.
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| Y tuvo la voluntad de saludarla tan flaca
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| Con un beso en la madrugada
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| Oh zapatero, oh zapatero, pronto nos casaremos
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| Y acurrucados juntos en un fino lecho de plumas
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| Así que dame dos zapatos con dos hebillas de color rojo
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| Por mi beso en la madrugada
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| La criada escondió los zapatos en la parte de atrás de su cintura.
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| Elogió su buen remendar y su gusto de zapatero
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| Y en casa de su padre se enfrentó con tristeza
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| Y fue en la mañana temprano
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| Oh Padre, Oh Padre, tengo un hombre
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| Y él es con quien me casaría si pudiera
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| Tan guapo como siempre en cuero se puso de pie
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| Por mi beso en la madrugada
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| Así que el padre estaba pensando y pensando de nuevo
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| Para casarla con riquezas y tenerlo como pariente
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| Quién sabe, pero podría ser un príncipe o un rey
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| Que ella conoció en la mañana temprano
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| Quién sabe, pero podría ser un trabajador de la ciudad
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| O un capitán de barco rico que ha navegado alrededor del mundo
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| Un hombre con unos miles y miles de libras
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| Que ella conoció en la mañana temprano
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| Así que el padre sonreía, su hija abrazaba
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| Y tocando las hebillas se desprendió de prisa
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| Él vio los zapatos rojos que estaban atados alrededor de su cintura.
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| Oh, fue en la mañana temprano
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| Oh hija, oh hija, comenzó a gritar
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| Cuando descubrió de qué se trataba
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| Dios sabe que no era nada más que esa vieja influencia de adoquines
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| Que te conociste en la mañana temprano |