| La tempestad sopla un blanco deslumbrante
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| El pico se desvanece de nuevo
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| Torbellino de ráfagas de nieve en la noche
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| El resultado de mi ascenso
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| Aprieta los dientes, no te inmutes
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| En contratiempos que te ralentizan
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| Avanzando, centímetro a centímetro
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| Para mantener los pies en el suelo
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| Un ruido repentino de aleteo
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| Primera señal del enjambre que se avecina
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| Maldiciones sombrías residían
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| En el ojo de la tormenta
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| Garras maníacas rasgan el cielo
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| Se cierne sobre mi cabeza
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| Llamadas ctónicas, ojos inyectados en sangre
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| Invocándome a ellos
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| Arrastrarse desesperadamente a través de ráfagas de ventisca
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| Acosado por formas espeluznantes
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| Una lluvia de aguijones cae sin piedad
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| En mi terrible escape
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| La carrera de pájaros de tormenta no puede ser evitada
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| No hay manera de hacer frente
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| Son demasiadas dificultades para superar
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| Me caigo y me precipito por la pendiente
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| Calma sombría mientras se ahoga
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| Mientras me hundo en el suelo
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| Entumecido y cubierto de escarcha
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| Me aterra pensar que todo está perdido
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| La risa de la arpía
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| Rostro inhumano retorcido
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| Pronuncia gritos de desgracia
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| la antorcha de la furia
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| Derrite la nieve circundante.
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| Y despeja el camino a seguir
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| Demonios voraces veloces
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| Ensucia todo lo que una vez me importó
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| Saquear el naufragio a la deriva de mi mente
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| Solo quiero olvidar y quedarme ciego
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| Hermanas nacidas de la noche
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| Carceleros de locos
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| La ira es nuestra única luz
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| Pongamos el resto a la llama |