| Una angustia agita mis pensamientos
|
| Sin embargo, eso no durará en mí
|
| Porque no soy más que un fantasma
|
| No quedan arrepentimientos
|
| Miseria que soporté
|
| En mi camino terrenal habito dentro de este pantano
|
| Destinado aquí para quedarse
|
| Este refugio oscuro y aterrador
|
| Donde los amantes se ahogan
|
| Y mis lamentos resonarán
|
| En los vientos helados
|
| Apagué mis fuerzas y mi propio ser
|
| Un agujero en tu corazón
|
| Anhelo más de lo que puedo sentir
|
| ¡Y luego te estremeces de horror!
|
| Por ahora, mi vista se oscurece
|
| ¿Quién estará allí para mí?
|
| ¿Para sonreír y secar mis lágrimas?
|
| Soy como una rosa marchita
|
| Solo eternamente
|
| No chispa dentro de la noche
|
| Ni cielo iluminado por la luna para guiar mi camino
|
| es mi final
|
| me entrego al dolor
|
| Tantas lágrimas que derramé en este camino hueco
|
| Mis sueños dispersos, cubiertos de polvo
|
| Adornado en cenizas
|
| Una llovizna sombría congeló cada pedacito de mi corazón
|
| Pronto me disolveré en este reino abandonado
|
| Y nada te pido, vagabundo desesperado
|
| Pero para rociar mi cadáver con una pequeña lágrima
|
| Las flores del jardín espectral pueden marchitarse y morir
|
| Pero tu dolor vivirá, sellado dentro de mis cicatrices
|
| Para siempre
|
| Escuché sus gritos ahogados
|
| ¡Qué palidez de muerte en su rostro!
|
| ¡Envenenaron todas mis noches!
|
| ¡Solo yo podía tenerla cerca de mí!
|
| ¡Me!
|
| la vi en un sueño
|
| Besé su mano sin vida
|
| Pero luego ella desapareció
|
| ¡Dentro de los miembros de tu propio infierno!
|
| Cuando el alba blanqueó las alturas
|
| y la noche se disolvió en lágrimas
|
| Luego salió un sol rojo
|
| Y desveló todos los miedos
|
| Se olvidó de su voto
|
| Perdió la pista de su propia voluntad
|
| Encontrará en la muerte su sueño perdido hace mucho tiempo |