| Hermanos humanos que vivos aún sois
|
| No tengas para nosotros el corazón congelado
|
| Que si misericordia de nosotros que somos miserables tienes
|
| Dios te concederá mayor su favor
|
| Colgando cinco, seis aquí puedes vernos
|
| Nuestra carne es una vez demasiado engorda
|
| Y por el tiempo es devorado y arruinado
|
| Nuestros huesos se convierten en cenizas y polvo
|
| Nadie se reía del mal que nos asola
|
| ¡Pero ahora ruega a Dios que seamos absueltos!
|
| Si te llamamos no hay que desdeñar
|
| 'aunque hemos sido asesinados en la justicia
|
| Pero aún así sabes sobre el buen sentido
|
| Muchos faltan en este mundo
|
| Como estamos muertos para nosotros puedes obtener
|
| Del hijo de la Virgen celestial
|
| que secó la gracia que no queda
|
| ¡Y eso nos salva del horrible destello!
|
| Muertos estamos, nadie nos molesta
|
| ¡Pero ahora ruega a Dios que seamos absueltos!
|
| La ducha nos ha lavado y limpiado
|
| Y ahora el sol nos vuelve negros y secos
|
| Urracas y cuervos nuestros ojos han desenterrado
|
| Y pájaros y pestañas arrebatadas con los picos
|
| No tenemos paz por un momento
|
| Aquí y allá mientras la mente cambia
|
| Sin pausas como su placer giramos
|
| Aburrido más por el pájaro que por los dedales
|
| Ve con nosotros nunca has sido igual
|
| ¡Pero ahora ruega a Dios que seamos absueltos!
|
| ¡Oh Dios que sobre todo gobiernas!
|
| ¡No nos dejes sentir el calor infernal!
|
| ¡Porque las deudas aquí no tienen que ser absueltas!
|
| Los hombres aquí no muestran piedad ni ironía.
|
| ¡Pero ahora ruega a Dios que seamos absueltos! |