| No me pongas en una tumba
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| No nací para ser un esclavo
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| soy el relámpago
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| Soy el choque del trueno
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| No digas que canción toco
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| No escuches de todos modos
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| soy el fiero en vuelo
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| yo soy la pelea de las peleas
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| No me pongas en una tumba
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| No nací para ser un esclavo
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| Yo soy E1 Tempesto
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| Soy las tormentas que soplan
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| No digas que canción toco
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| No escuches de todos modos
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| Soy espacio en tu ojo
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| Fuego y estrellas, noche, no puedo ponerme en una tumba
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| No puedes hacerme un esclavo
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| Mai nunca muere
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| me quedé paralizado
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| Mientras descendía la cresta
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| Su figura una silueta majestuosa y amenazante
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| Los ojos ardían en mi alma
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| Mientras sentía su presencia
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| Las manos extendidas me invitaron hacia el rostro.
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| A quien yo sabía que era más que humano
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| Eres mi discípulo, mi servidor, mi fuerza vital
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| A través de caninos anormalmente grandes
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| Que flanqueaba cada lado de su boca espantosa
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| «Venid a mí y os daré una nueva existencia»
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| Iluminado por la luz de la media luna, mirada hipnótica
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| Ponme en movimiento sincopado, con un gusto obsceno,
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| su lengua azotaba, embriagando mi sangre…
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| Sus manos me agarraron y sentí repulsión.
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| Por el hedor dulce y agrio de la muerte
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| que se aferraba a ella
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| Mientras un sudor húmedo me envolvía Un calor extraño me acariciaba, el demonio en mi garganta
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| La luz besó el horizonte, una bendición y una maldición
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| Un grito de dolor bramó desde el pozo
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| Del alma negra de las bestias, Ella tropezó...
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| Sus manos liberaron mi garganta asfixiante.
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| Sus dedos recorrieron suavemente mis labios resecos.
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| Lloré para que se derritiera en las sombras fugaces
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| De fantasías nocturnas, se reía y me decía…
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| «De verdad, el doctor estará contigo…» |