| Entrelazado dentro de tu éxtasis
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| Envuelto en la luz crepuscular del más allá
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| Para que conozcas el sabor de ese deseo
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| Destino a través de sueños de dolor
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| Toda la vida termina débil y hueca
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| Y no puedo saber que tus lágrimas de luz permanecerán
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| «Solo los cielos contaban historias de fuego
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| Conspiración de dolor y deseo
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| Violando los cielos al rugir de los truenos»
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| Oh, ¿verdad?
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| ¿Saboreas la lánguida dulzura de mi amor?
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| Por venganza del fuego en el cielo
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| De lo que ha quedado dentro
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| Y el dolor capitulado del horror
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| Suspira profundamente y extiende sus alas
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| Me oirás con tus oídos
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| Que son sordos a las lenguas habladas
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| Encantando a todos los abandonados
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| Voces envenenando sus pulmones
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| Y ser dicho para siempre
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| En redes de destino ensombrecido
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| No penetran en la mente consciente
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| Reflejando la cordura
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| Atrayendo toda la vida y la luz en ellos.
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| Te dejas en su agitación drenando de nuevo
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| El sonido de la emoción, tu corazón atronador
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| Y atado para siempre en tus pensamientos desde lejos
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| Debajo del velo de lágrimas que usan
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| No ven lo suficientemente claro como para preocuparse
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| Oscuridad hirviendo avalon, los cielos delanteros cosechan muerte y los cielos se rasgan
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| Y hablar en lengua de secretos contados
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| De espíritus afines, comprados y vendidos
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| Un reino bajo un velo de oscuridad permanecerá
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| Tu piel aterciopelada en aliento de pena
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| Una muestra de tu honor sin tumba
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| Porque tú eres el toque de la muerte como un suspiro de invierno
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| Y permanecer en esto para siempre
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| Envueltos en la oscuridad aquí juntos
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| Tantos sueños pero nunca dormir
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| Dolor angustioso, llanto eterno |