| Los que entregaron sus almas
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| Extraviado con los ojos en llamas
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| del fuego que les ofreció hoy
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| Un reino trágico de los caídos
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| Un atisbo triste del apocalipsis
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| No agarres la mano que te ofrece de una vez
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| Los que se quedaron para desvanecerse
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| ¿No escucharás los gritos, su voz de dolor?
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| Que ella se ríe, en gloriosa consternación
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| ¡Mirad! |
| La dueña del deseo
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| Aguanta la respiración, mira hacia el cielo
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| El olor a muerte nos invita esta noche
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| Nuestros corazones no se arrepienten
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| la espiral que nunca termina
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| Esta voz espantosa que viene de adentro
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| Los que se quedaron para desvanecerse
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| ¿No escucharás los gritos, su voz de dolor?
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| Que ella se ríe, en gloriosa consternación
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| Mi penitencia atrasada
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| Me desgarra por dentro, deseo que el dolor disminuya
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| Debo dejarlo ir, mi alma será condenada de nuevo
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| ¡Mirad! |
| La dueña del deseo
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| Aguanta la respiración, mira hacia el cielo
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| El olor a muerte nos invita esta noche
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| Nuestros corazones no se arrepienten
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| la espiral que nunca termina
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| Esta voz espantosa que viene de adentro
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| Aquí yace, la dueña del deseo
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| Aguanta la respiración, mira hacia el cielo
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| El olor a muerte nos invita esta noche
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| Nuestros corazones no se arrepienten
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| la espiral que nunca termina
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| Esta voz espantosa que viene de adentro
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| ¡Mirad! |
| La dueña del deseo
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| Aguanta la respiración, mira hacia el cielo
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| El olor a muerte nos invita esta noche
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| Nuestros corazones no se arrepienten
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| la espiral que nunca termina
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| Abraza el miedo, sobre ti confía |