| Ofreciendo un pedacito de paraíso, un suburbio de París
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| Nos dio su corazón, todo su corazón
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| Le dio en sus canciones un montón de canciones
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| Que cantemos juntos, todos juntos
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| Y si por casualidad entras en uno de esos pasillos oscuros
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| Puede que escuches en secreto muchos secretos
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| Faubourg Saint-Martin, cuna de romances amorosos
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| De todas las melodías que tarareamos todos los días
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| Tus casas viejas, con las paredes ennegrecidas por los años
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| Canta las canciones que vuelan sobre colinas y valles, las canciones
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| Faubourg Saint-Martin que canta para todo el mundo el estribillo eterno
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| La felicidad de vivir y amar, Faubourg Saint-Martin
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| Siempre serás el arrabal más bonito, el del amor.
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| A veces, un fantasma ligero parecerá rozarte
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| Un espíritu del pasado ha pasado
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| Es el alma de un gran difunto que ronda en la calle
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| Soplando a los niños pequeños su coro
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| Podría ser el Padre Voubli, Vincent Scotto o Cristiné
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| que vuelve a su antiguo arrabal a cantar amor
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| Faubourg Saint-Martin, cuna de romances amorosos
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| De todas las melodías que tarareamos todos los días
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| Tus casas viejas, con las paredes ennegrecidas por los años
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| Canta las canciones que vuelan sobre colinas y valles, las canciones
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| Faubourg Saint-Martin que canta para todo el mundo el estribillo eterno
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| La felicidad de vivir y amar, Faubourg Saint-Martin
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| Siempre serás el arrabal más bonito, el del amor.
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| Faubourg San Martín
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| Siempre serás el arrabal más bonito, el del amor. |