| No hay final para el camino, no lo hay y nunca lo habrá.
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| Cualquier camino conduce inevitablemente a casa.
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| Todas las puertas abiertas de par en par - mi casa, esperando un milagro
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| El ático estaba lleno de la primavera del año pasado.
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| Lo que se ha quemado nunca se enfriará,
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| Nuestro hogar estará sobre las cenizas de la primavera
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| Hay medio millón en esta ciudad, y es como un desierto,
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| Pero cuando vengas, olerá a lluvia.
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| Los informes meteorológicos prometen lluvias y tormentas eléctricas,
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| Pero las lluvias no caen a cántaros y las tormentas eléctricas no amenazan todavía.
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| Al diablo con los meteorólogos, ya no creo en los pronósticos.
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| Los pronosticadores son personas, así que qué tomar de ellos.
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| Recibí una llamada ayer, un funcionario del paraíso.
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| Los milagros fueron cancelados, me advirtieron sobre esto.
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| Pero ya veremos, aquí tampoco pasa:
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| Por alguna razón, cuando vienes, siempre huele a lluvia.
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| El sol se ha ido, el cigarrillo se apaga por tercera vez,
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| Las moscas se pegan al suelo, un vecino lava el coche.
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| Está a punto de llover, pero ya no creo en los presagios.
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| ¿Cómo se puede creer en presagios cuando el mundo entero no tiene presagios especiales?
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| Que tu nombre brille en la noche con la luz de una estrella,
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| El mundo, como tú, es un recién nacido hoy.
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| Estoy quemado hasta los cimientos, soy un desierto de borde a borde,
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| Pero lo sé, cuando vengas, olerá a lluvia. |