| Mientras caminaba por las calles de Laredo,
|
| Mientras salía de Laredo un día,
|
| Vi a un joven vaquero todo envuelto en lino blanco,
|
| Todo envuelto en lino blanco tan frío como el barro.
|
| «Golpea el tambor despacio, toca el pífano en voz baja.
|
| Toca la marcha muerta mientras me llevas.
|
| Llévame al valle verde, pon el césped sobre mí,
|
| Porque soy un vaquero joven y sé que he hecho mal.»
|
| «Entonces ve a escribir una carta y envíasela a mi madre canosa.
|
| Y por favor envía lo mismo a mi hermana tan querida.
|
| Pero, por favor, ni una palabra de todo esto, ¿podrías mencionar
|
| Cuando otros deberían pedir mi historia para escuchar.»
|
| «Hay otra más querida que una hermana.
|
| Llorará amargamente cuando sepa que me he ido.
|
| Y si algún otro hombre alguna vez gana su afecto,
|
| No menciones mi nombre, y mi nombre pasará.»
|
| «Toca el tambor lentamente, toca el pífano en voz baja.
|
| Toca la marcha muerta mientras me llevas.
|
| Llévame al valle verde, pon el césped sobre mí,
|
| Porque soy un vaquero joven y sé que he hecho mal.»
|
| «Haz que seis alegres vaqueros carguen mi ataúd.
|
| Haz que seis hermosas doncellas me canten una canción.
|
| Pon ramos de rosas por todo mi ataúd.
|
| Rosas para amortiguar los terrones cuando caen.»
|
| Golpeamos el tambor lentamente, tocamos el pífano en voz baja.
|
| Lloramos amargamente mientras lo paríamos solos.
|
| Abajo, en el valle verde, le echamos tierra encima,
|
| Solo un joven vaquero que seguramente salió mal. |