| Hijo dijo mi madre cuando yo estaba hasta la rodilla
|
| Necesitas ropa para cubrirte y ni un trapo tengo
|
| No hay nada en la casa para hacer calzones de niño
|
| Ni tijeras para cortar tela ni hilo para dar puntadas
|
| No hay nada en la casa excepto un final de hoja de centeno
|
| Y el arpa con la cabeza de la mujer nadie pasará y ella comenzó a llorar
|
| Eso fue a principios del otoño y cuando llegó el final del otoño
|
| Hijo, ella dijo que verte hace que la sangre de tu madre se arrastre
|
| Pequeños omóplatos flacos que sobresalen de tu ropa
|
| Y de dónde sacas una chaqueta de Dios arriba sabe
|
| Es una suerte para mí, muchacho, tu papá está en el suelo
|
| Y no puedo ver la forma en que dejé que su hijo anduviera y ella hizo un sonido raro
|
| Eso fue a fines del otoño cuando llegó el invierno.
|
| no tendria un par de puentes ni una camisa a mi nombre
|
| No podía ir a la escuela o al aire libre para jugar
|
| Y todos los otros niños pasaron por nuestro camino
|
| Hijo dijo que mi madre venga a subirse a mi regazo
|
| Y te roeré las rodillitas mientras duermes la siesta
|
| Y, oh, pero fuimos tontos durante media hora o más
|
| Yo con mis largas piernas arrastrándome por el suelo
|
| Me sacudí, me sacudí, me sacudí con una rima de mamá ganso
|
| Oh, pero estuvimos felices durante media hora
|
| Pero yo era un gran chico y ¿qué diría la gente?
|
| Escuchar a mi madre cantándome para dormir todo el día de una manera tan tonta
|
| Los hombres dicen que el invierno fue malo ese año el combustible escaseaba y la comida era cara
|
| Un viento con cabeza de lobo aullaba sobre nuestra puerta
|
| Y quemamos las sillas y nos sentamos en el suelo
|
| Todo lo que nos quedó fue una silla que no pudimos romper
|
| Y el arpa con la cabeza de mujer nadie la tomaría por canción o por piedad
|
| La noche antes de Navidad lloré de frío
|
| Lloré hasta dormirme como un niño de dos años
|
| Y en la noche profunda sentí a mi madre levantarse
|
| Y me mira con amor en sus ojos
|
| Vi a mi madre sentada en la única buena silla
|
| Una luz cayendo sobre su rostro desde no sabría decir de dónde
|
| Aparentando diecinueve años y ni un día mayor
|
| Y el arpa con la cabeza de la mujer apoyada en su hombro
|
| Sus dedos delgados moviéndose en las cuerdas delgadas y altas
|
| Fueron tejidos tejidos tejidos cosas maravillosas
|
| Muchos hilos brillantes desde donde no podía ver
|
| estaban corriendo a través de las cuerdas del arpa rápidamente
|
| Y los hilos de oro silbando a través de las manos de mi madre
|
| Vi la web crecer y el patrón expandirse
|
| Ella tejió una chaqueta de niño y cuando estuvo hecha
|
| Lo puso en el suelo y tejió otro
|
| Ella tejió una capa roja tan majestuosa de ver
|
| Lo hizo para el hijo de un rey, dije y no para mí, pero sabía que era para mí.
|
| Ella tejió un par de puentes y más rápido que eso
|
| Ella tejió un par de botas un pequeño sombrero de tres picos
|
| Ella tejió un par de mitones ella tejió una blusa
|
| Ella tejió toda la noche en la casa aún fría
|
| Ella cantaba mientras trabajaba y las cuerdas del arpa hablaban
|
| Pero su voz nunca vaciló y el hilo nunca se rompió
|
| Pero cuando desperté allí estaba sentada mi madre
|
| Con el arpa contra su hombro aparentando diecinueve años y ni un día más
|
| Una sonrisa en sus labios y una luz en su cabeza
|
| Y sus manos en las cuerdas del arpa congeladas muertas
|
| Y amontonado junto a ella cayendo a los cielos
|
| ¿Eran las ropas del hijo de un rey justo mi talla? |