| Descubrí el Valle de las Arenas Cambiantes y Susurrantes
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| Durante la prospección en un estado occidental
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| Vi los molinos de viento silenciosos, los tanques de agua que se desmoronan
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| Los huesos del ganado limpiados por buitres
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| Blanqueado por el sol del desierto
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| Me tropecé con una tabla de dólares que se desmoronaba
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| Casi cubierto por la arena
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| Y deteniéndome a descansar escuché un sonido tintineante y susurrante
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| Y de repente me di cuenta de que a pesar de que el viento estaba tranquilo
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| La arena no se quedó quieta
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| Parecía estar rodeado de un misterio
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| Tan pesado y percibido que apenas podía respirar
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| Durante semanas me pregunté sin rumbo en el valle
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| Buscando respuestas a las muchas preguntas que pasaban por mi mente
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| ¿Dónde estaba todo el mundo? |
| ¿Por qué los huesos blancos? |
| ¿Los pozos secos?
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| El valle árido donde la gente debe haber vivido y muerto.
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| Me senté y enterré mi cara en mis manos
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| Y descansando aprendí el secreto de las Arenas Cambiantes y Susurrantes
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| Cómo logré escapar del valle no lo sé
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| Pero ahora a pagar mi deuda por ser salvo
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| Debo decirte lo que aprendí en el desierto
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| Hace tantos años
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| Cuando el día es extrañamente tranquilo
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| Y la brisa parece no soplar
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| Uno pensaría que el sol está descansando
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| Pero encontrarás que esto no es así
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| Está susurrando suavemente susurrando
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| A medida que avanza lentamente
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| Y para aquellos que se detienen y escuchan
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| Cantará esta canción lúgubre
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| De sidewinders y los sapos cuerno
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| En el chaparral espinoso
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| En los días soleados y las luces de la luna
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| Los coyotes solitarios gritan
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| Cómo las estrellas parecen que pueden tocarte
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| Mientras te acuestas y miras hacia lo alto
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| En los cielos donde esperas
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| Te irás cuando mueras |