| Me fui de casa, lágrimas en mis ojos
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| A dónde iba, no tenía idea
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| Esa debe haber sido la última vez que lloré.
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| A partir de ese momento todas mis lágrimas desaparecieron
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| Sí, voy a bajar donde no hay nadie alrededor
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| Y nadie sabe quien soy
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| No hay salida, no hay norte, no hay sur
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| Aquí, en tierra de nadie
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| Excavando durante días pero sin señales de diamantes
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| Todo lo que vi fue basura y gusanos
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| Y un atisbo del futuro, el horizonte maníaco
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| Una silueta, bailaré en la tormenta eléctrica
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| Sí, voy a ir a la parte olvidada de la ciudad
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| Con rosas y rubíes en mis manos
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| La niebla entra y baila con el viento
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| Aquí, en tierra de nadie
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| Por fin llegó el momento de abandonar mi nombre
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| Da un salto ciego hacia lo desconocido
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| Algún día tal vez me encuentres como un Papá Noel salvaje
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| En un sombrero de papel de aluminio hablando por un teléfono desconectado
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| Pero obtuve mi corona y obtuve mi vaca sagrada
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| Soy un Buda en la arena ardiente y hundida
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| Los cielos violetas electrifican mis ojos
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| Aquí, en tierra de nadie
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| Dile a mi vecino que riegue mis plantas
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| Dile al diablo que aprendí a bailar
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| Dile a los Ángeles que me esperen despiertos
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| Dile al mundo que soy libre
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| Y estoy sumido en un sueño, el paisaje está vacío
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| A excepción de un alma, ella está esperando allí por mí
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| Caí en sus brazos, apenas recuerdo
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| El dulce canto de salvación, los colibríes en los árboles
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| Sí, estoy saliendo y estoy montando en una nube
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| De vuelta a donde empezó todo mi ser
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| Bueno, comencé a hablar en lenguas y a dar vueltas alrededor del sol.
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| Aquí, en tierra de nadie
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| Aquí, en tierra de nadie
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| Aquí, en tierra de nadie |