| Estaba en mi ciudad, cogí el teléfono y dije:
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| "¿Por casualidad tienes el registro de alguien llamado Quarantotto?"
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| "No, pero lo conocemos bien, es el loco"
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| Así que me miré en el espejo y dije:
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| "¿Estoy loco porque llueve?"
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| ¿Loco porque llueve fuerte?
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| ¿Por qué estoy buscando quelqe eligió?
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| ¿Por qué no puedo encontrarlo?"
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| Desde hace algunos años me digo a mí mismo: "Tengo que ir a Trípoli"
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| Pero por razones no turísticas simplemente perdí mi alma.
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| Pero en la playa, Sr. Einstein
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| Ya todo ya lleno de bichos que me dijo entre fórmulas:
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| "¿Y si por casualidad estuviera en Rímini?"
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| Pero en mi camino a Trípoli, pasado el Sr. Einstein
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| Más allá de sus celdas, nos quedamos solos, amor, tú y yo
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| Muy poco claro eres, incluso un poco extraño, ya sabes
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| ¿Qué hay aquí esta noche frente al Tremiti?
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| Y estoy durmiendo solo un poco, realmente solo un poco
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| Pero me prendiste fuego a la cabeza
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| Encender, apagar, encender, apagar
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| Pero, ¿qué tan grande, qué tan grande es Trípoli?
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| ¿Hay alguien que pueda decirme?
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| Y luego y luego es solo un respiro
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| O simplemente, solo un gran incendio que
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| Encontrar mi alma es tan imposible como hablar con mi gorrión
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| Pero si no lo persigo ahora, sé que
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| Termino en este festival pararero
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| Trípoli, Trípoli, conozco Trípoli
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| Trípoli, Trípoli, conozco Trípoli
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| Conozco Trípoli, Trípoli, Trípoli
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| Yo sé Trípoli, Trípoli |