| Que miserable soy, que me he convertido
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| Ruego por el pan que sobraba y que era mio
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| En la decepción nace la esperanza
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| Vivo en el presente sin importar lo que haya pasado
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| Porque si todo ha cambiado
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| Y en Cristo soy más de lo que soy
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| Dejo atrás al hombre que fui
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| Y las casas que edifiqué lejos de ti
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| Si todo ha cambiado, abro las velas del barco
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| Con la esperanza de que en la mañana
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| Veré el puerto donde te encontraré
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| El puerto donde te encontraré
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| Como un refugiado que deja su país
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| Corriendo a través de la noche sin poder dormir
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| Confiando en la promesa de que el llanto se lleva la noche
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| ¡Pero pronto llega el día, y los gritos de alegría resonarán!
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| Porque si todo ha cambiado
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| Y en Cristo soy más de lo que soy
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| Dejo atrás al hombre que fui
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| Y las casas que edifiqué lejos de ti
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| Si todo ha cambiado, abro las velas del barco
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| Con la esperanza de que en la mañana
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| Veré el puerto donde te encontraré
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| El Puerto donde te encontraré
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| Si la lluvia me alcanza y el barco vuelca
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| Que me despierte en tierra firme allí
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| Porque si todo ha cambiado
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| Y en Cristo soy más de lo que soy
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| Dejo atrás al hombre que fui
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| Y las casas que edifiqué lejos de ti
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| Si todo ha cambiado, abro las velas del barco
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| Con la esperanza de que en la mañana
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| Veré el puerto donde te encontraré
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| Porque si todo ha cambiado
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| Y en Cristo soy más de lo que soy
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| Dejo atrás al hombre que fui
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| Y las casas que edifiqué lejos de ti
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| Si todo ha cambiado, abro las velas del barco
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| Con la esperanza de que en la mañana
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| Veré el puerto donde te encontraré |