| Los antiguos profetas de nuestro pueblo
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| Una vez habló de este día
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| Una era oscura y fría estaría sobre
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| Nuestra tierra una vez gloriosa
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| Un río de lágrimas y sangre
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| fluiría a través de los campos
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| A medida que se acercan los últimos tiempos
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| Estamos llenos de una amarga desesperación
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| Las voces sinfónicas
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| Del bosque milenario
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| Una vez cantado de su majestuoso
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| Himnos de honor y gloria
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| Pero ahora lamento y árboles
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| arrojar sus hojas
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| Su larga y maravillosa vida.
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| ahora se les escapa
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| Este lugar está lleno de sufrimiento
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| Y el dolor es eterno
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| Y el final se acerca
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| Estas almas patéticas están llenas de miedo.
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| Las oraciones interminables
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| De nuestra gloriosa madre Gaia
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| han sido ignorados
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| Por las almas impuras de la humanidad
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| La oscuridad envuelve esta tierra moribunda
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| Y el amanecer de la mañana está lejos
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| Cielos oscurecidos, esta noche sin fin
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| Llegamos a despreciar, cualquier rastro de luz
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| Los cielos invisibles, las estrellas abandonadas
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| Nuestros mundos colapsaron en un mar de oscuridad
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| Entrañas de este planeta que se desvanece
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| se marchitan con el tiempo
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| Humo sin vida y cenizas ardientes calientes
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| Llena el vasto aire impuro
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| El magnífico esplendor de la luz.
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| Y el resplandor que una vez nos dejó asombrados
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| Ahora ha sido velado por
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| La niebla oscura que llena el aire turbio
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| Cielos oscurecidos, esta noche sin fin
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| Llegamos a despreciar, cualquier rastro de luz
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| Los cielos invisibles, las estrellas abandonadas
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| Nuestros mundos colapsaron en un mar de oscuridad
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| A medida que este planeta se marchita
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| Y la lluvia de obsidiana cubre la tierra
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| La agitación está sobre nuestras almas miserables
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| Y cada color se desvanece a gris |