| Era una congregación elegante en la que se podía ver que habían estado presentes.
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| Y tenían el órgano de tubos más grande de todas las iglesias de la ciudad.
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| Pero en el Rincón Amén de esa iglesia estaba sentado el hermano Ayer
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| Y se empeñaba todos los domingos en cantar en el coro
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| Su voz estaba agrietada y la edad rota había tocado sus cuerdas vocales.
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| Y casi todos los domingos se atrasaba y se perdía las palabras
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| Bueno, el coro se puso tan nervioso que a la iglesia se le dijo en multa
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| Que el hermano Ayer debía dejar de cantar o el coro iba a dimitir
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| Así que el pastor nombró un comité. |
| Creo que fueron tres o cuatro
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| Y se subieron a sus grandes autos finos y condujeron hasta la puerta de Ayer
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| Encuentran el gran problema del coro sentado allí en un viejo sillón
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| Y los rayos dorados del sol del verano yacen sobre su cabello blanco como la nieve
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| Dijo York, estamos aquí, querido hermano, con la aprobación de las sacristías.
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| Para discutir un pequeño asunto que afecta a la congregación.
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| Ahora parece que tu voz ha interferido en el coro
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| Entonces, si solo dices, ¿estás escuchando al hermano Ayer?
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| El anciano levantó la cabeza en señal de que había oído
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| Y en su mejilla los tres hombres captaron el brillo de una lágrima
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| Sus débiles manos empujaron hacia atrás las cerraduras tan blancas como la nieve sedosa.
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| Y respondió al comité con voz suave y baja.
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| Me pregunto si más allá de la marea que rompe a mis pies
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| En ese lejano templo celestial donde mi Maestro y yo nos encontraremos
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| Sí, me pregunto si cuando intento cantar la canción de Dios más alto
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| me pregunto si me echaran de ahi por cantar en el coro del cielo
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| Un silencio llenó la pequeña habitación y el anciano inclinó la cabeza.
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| El comité volvió a la ciudad pero el hermano Ayer estaba muerto.
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| El coro lo extrañó por un tiempo, pero pronto fue olvidado.
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| Algunos asistentes a la iglesia miraban la puerta, pero el anciano no entró.
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| A lo lejos su voz es dulce y canta el deseo de su corazón
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| ¿Dónde no hay comités eclesiásticos ni coros de moda?
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| Déjame esconderme en Ti... |