| Ahora Jericó estaba bien cerrada debido a la
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| Hijos de Israel… Ninguno salió y ninguno entró
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| Y el Señor dijo a Josué: «Mira, te he dado
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| En tu mano Jericó y su rey
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| Y los valientes hombres de valor.» |
| Y rodearéis la ciudad
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| Los habitantes de Jericó fueron pervertidos por el pecado y corruptos
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| Rodeado de muros tan gruesos que los carros corrían encima
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| Con escaleras, catapultas y puntas de lanza preparadas
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| Y ardiendo en el sol
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| Los ejércitos de Israel esperaban órdenes de
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| Guerra por venir
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| Durante treinta y nueve años Josué fue entrenado bajo
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| la mano justa de Moisés;
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| Y fue Josué quien lideró a casi tres millones
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| israelitas a la tierra prometida
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| Ahora Moisés estaba muerto y vino la verdadera prueba:
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| ¿Podría simplemente seguir la Palabra de Dios?
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| Y hacer algo que, a la mente natural
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| ¿Sería completamente absurdo?
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| Sin Moisés a quien pedir consejo, o un
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| Comite de prevencion
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| Dios dijo que el muro caerá: «Solo diles 'griten,'
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| ¡Porque yo os he dado la ciudad!»…
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| Ahora bien, Dios estaba poniendo en funcionamiento un principio de guerra:
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| Poniendo a nuestra disposición armamento que cae
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| ¡Demonios al suelo!
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| Algo con un poder tremendo que
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| Asesina el miedo y la duda--
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| ¡Son los grandes elogios de la victoria desatados por un grito!
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| Cuando David tocaba sus cánticos de alabanza, los demonios huían de Saúl…
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| ¡Mientras Pablo y Silas adoraban a Dios, sus cadenas comenzaban a caer!
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| Nos eleva por encima de las circunstancias y permite que fluya el poder de Dios:
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| El grito de victoria ata al diablo con cadenas que
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| no lo dejare ir
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| Entonces, con la confianza de los ángeles guerreros, Israel
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| Estaba listo para la piedra
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| Para obedecer a Josué, hablar a su montaña y gritar
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| ¡Porque Dios les estaba dando la ciudad!
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| Seis días marcharon alrededor de Jericó, y el último
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| Día que marcharon siete
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| Mientras los cananeos se burlaban desde su malvada muralla
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| ¡La fe de Israel llegó al cielo!
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| Antes de cualquier manifestación, con cada ladrillo aún en su lugar
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| Ojo a ojo--
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| Miraban el miedo muerto en la cara
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| No esperaron a sentir algún terremoto o a ver un relámpago;
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| No necesitaban escuchar un estruendo teatral o un choque alucinante
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| Prepararon sus almas para la victoria...
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| ¡Ahora es el turno de Dios de pasar!
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| Habían gritado a todo pulmón simplemente porque
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| ¡Creían que la Palabra de Dios era verdad!
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| Entonces, con las grandes alabanzas de Dios en sus bocas
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| Llegó un masivo… ¡llegó un sonido volcánico!
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| E Israel gritó en victoria... y gritaron en
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| ¡La fe y los muros se derrumbaron!
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| ¿Cuántos saben que la unción rompe los yugos de
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| ¿Las ataduras del pecado?
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| El pecado no puede sobrevivir en el ungido, en movimiento
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| ¡Elogio espontáneo de los hombres!
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| La enfermedad atormentada del diablo no puede funcionar cuando
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| Adoramos y cuando oramos...
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| Porque la iglesia del Dios Viviente sigue viva y
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| ¡Bien hoy!
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| Ahora cuantos aquí dentro del sonido de mi voz
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| ¿No se avergüenzan del evangelio de Cristo?
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| ¿Estás listo para derribar los muros que han aguantado
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| ¿Estás cautivo esta noche?
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| ¿Estás harto y cansado de estar "abajo y fuera" y
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| ¿Quieres estar en auge?»
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| ¿Estás listo para dejar caer algunas fortalezas que tienen
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| ¿Nunca te has caído antes?
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| ¿Cuántos saben que no es por fuerza, ni por poder
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| Pero por mi Espíritu» dice el Señor?
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| Entonces, en el nombre de Jesucristo, te desafío
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| Esta noche y te reto...
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| Dije, te reto a que olvides a la persona a tu lado
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| Y las pruebas en las que has estado...
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| Olvídese de lo que se debe y no se debe hacer y de las tradiciones religiosas
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| Hecho de hombres…
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| Con un grito de victoria en tus labios, con alabanza
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| declarando la guerra
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| Ponerse de pie de un salto ahora mismo y hacer un gozoso
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| ¡Aclamad y alabad al Señor!
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| Te adoramos, te adoramos; |
| te adoramos
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| ¡Cristo el Señor!
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| Te adoramos, te adoramos, te adoramos
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| ¡Cristo el Señor! |