| Porque amaba a la hija del bougnat
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| Que tenía hermosos ojos, hermosos senos y pies planos...
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| Lo perdí todo, triste fortuna.
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| lloré de amor,
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| De suburbio a suburbio.
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| Lloré de amor a la luz de la luna...
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| Solo me alojo en un barrio perdido
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| Al final de una pequeña calle.
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| Vivo en un hotel ciego, tan ciego, tan ciego
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| Que me estremezco cuando, por la tarde,
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| Veo su ojo brillando en la oscuridad.
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| Cuando el jefe me mira, me mira, me mira,
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| De repente tengo dolor de estómago.
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| Le paso la llave y me largo.
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| Cortar la garganta, asesinato,
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| El crimen acecha, acecha, acecha,
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| Color local para el cine.
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| Tarde en la noche, armado con una gran daga,
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| Vemos pasar a Bébert, el ex convicto...
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| El busca a su morena andaluza
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| que dio su corazon
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| Al hijo del recaudador de impuestos.
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| La tiene en la piel, la celosa...
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| Pero Bébert los sorprende y los mata.
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| Al final de una pequeña calle.
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| Vivo en un hotel para ciegos, tan ciego, tan ciego.
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| Cuando el jefe me mira, me mira, me mira,
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| Le pregunto: "¿Cómo estás?"
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| Dejo mi sombrero y me quedo ahí.
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| Los sábados, el acordeón,
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| En estribillo, canta, canta:
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| Cuando nos amamos, es para bien... |