| Lo damos por sentado, ignoramos la vieja raza
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| Algunos cuentos de «Los Otros», advierten que sangraremos
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| Anochece, el sol está bajo, cruzada de dolor
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| Su sonido de gemido, con fuerza y principal
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| Oscuro, tememos al fin, amanecer del crepúsculo
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| Las noches renacidas: comienza su incursión
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| Abajo, de rodillas, al suelo
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| Cuando los hombres pálidos...
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| Caen las sombras, la larga noche: ¡cuando los muertos se levantan!
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| Vendrán del norte, una masa gris de pies
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| La sed de sangre es su razón, el asesinato es su codicia.
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| Como una estampida silenciosa, una multitud enojada y morbosa
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| El ejército invencible, su avance no da sonido
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| Anochece, el sol está bajo, cruzada de dolor
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| Su sonido de gemido, con fuerza y principal
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| Oscuro, tememos al fin, amanecer del crepúsculo
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| Las noches renacidas: comienza su incursión
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| Abajo, de rodillas, al suelo
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| Cuando los hombres pálidos se levantan
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| Caen las sombras, la larga noche: ¡cuando los muertos se levantan!
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| Lo damos por sentado, ignoramos la vieja raza
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| Algunos cuentos de «Los Otros», advierten que sangraremos
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| Anochece, el sol está bajo, cruzada de dolor
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| Su sonido de gemido, con fuerza y principal
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| Oscuro, tememos al fin, amanecer del crepúsculo
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| Las noches renacidas: comienza su incursión
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| Abajo, de rodillas, al suelo
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| Cuando los hombres pálidos se levantan
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| Caen las sombras, la larga noche: cuando los muertos...
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| … de rodillas, al suelo
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| Cuando los hombres pálidos...
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| Caen las sombras, la larga noche: ¡cuando los muertos, los muertos, los muertos se levantan! |