| Veo, veo, veo la gloria de
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| En el año que murió Uzías, vi yo al Señor sentado en lo alto
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| Y su presencia llenó el cielo, el templo tembló y lloré
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| No ante mis ojos, la Gloria del Rey
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| Mis labios están sucios, y por eso grito:
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| ¡Ay de mí, estoy perdido!
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| ¡Ay de mí, mi pecado revelado
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| Ay de mí, caído sobre mi rostro
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| ¡Ay de mí, y mis ojos han visto al Rey
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| Santo, Santo, Santo, la Gloria de
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| Un carbón ardiente para purificar, a mis labios vuelan serafines
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| He aquí el fuego purificador, gritadme coro celestial:
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| «Tu culpa es quitada, tus pecados expiados»
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| Exclama la voz del Señor
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| «¿A quién enviaremos, quién irá por nosotros?»
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| Aquí estoy, ya no tengo miedo
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| Aquí estoy, mis labios están limpios
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| Aquí estoy, estoy completo
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| Aquí estoy, así que envíame
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| Ahora ante mis ojos, la Gloria del Rey
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| Mis labios están limpios, y así canto
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| Alegría para mí, he sido puesto en libertad
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| Alegría para mí, yo el más asqueroso
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| Alegría para mí, encontrado sin culpa
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| Alegría para mí, y mis ojos han visto al Rey |