| Tarjetas de visita de la locura
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| Saca a los hombres de bronce de sus rodillas
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| Para petrificar más imágenes para colgar
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| Justo fuera del alcance
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| De los atrofiados y los sin sueños
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| Que no tienen nada que guardar
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| Para amaneceres o noches heladas
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| Tan frío como estos han sido
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| No pidas explicaciones
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| No queda nada que puedas entender
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| Eres uno de los salvajes, los hermosos y los condenados, los condenados
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| Lo salvaje, lo bello y lo maldito
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| Leemos las últimas revistas venéreas
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| Hojeé algunos catálogos de miedo
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| Rompiste algunas páginas más
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| De los corazones de tus viejos amantes
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| Luego diseñamos una reunión salvaje
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| En un callejón de Berlín
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| Mientras que su Führer de Nueva York
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| Desgarró nuestro universo aparte
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| No pidas explicaciones
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| No queda nada que puedas entender
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| Eres uno de los salvajes, los hermosos y los condenados, los condenados
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| Lo salvaje, lo bello y lo maldito
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| Rompe mis piernas cortésmente
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| Te escupiré mis dientes de oro
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| Tus llagas son casi lo suficientemente grandes
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| Para entrar ahora mismo
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| Te enviaré camiones llenos de flores
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| De todos los mundos que me robaste
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| Voy a girar una moneda en el manicomio
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| Mientras te veo ahogarte
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| No pidas explicaciones
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| No queda nada que puedas entender
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| Eres uno de los salvajes, los hermosos y los condenados, los condenados
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| Lo salvaje, lo hermoso y lo maldito, lo maldito
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| Lo salvaje, lo hermoso y lo maldito, lo maldito
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| Lo salvaje, lo hermoso y lo maldito, lo maldito
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| Lo salvaje, lo bello y lo maldito
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| Lo salvaje, lo bello y lo maldito |