Una conversación en la mesa por centésima vez sobre una cosa,
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Como con llama eterna, no para nosotros, escribieron:
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No pase por el ojo de la aguja con un nudo
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Oh, no seas tonto, no hables tu lengua
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Mejor recuerda a Aquel con Quien estaba la Palabra en el principio.
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Eso dejaría la vida, en las manos - un bastón, y en el skete,
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Habiendo renunciado al mundo, a la gloria y al rango...
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Pero la gente no entenderá, y los parientes no perdonarán,
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Y en la sangre, un nivel bajo de hemoglobina.
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Sobre campos sin comprimir, todo sobre el mismo rastrillo,
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Para rublos de papel y limones con trozos,
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Y sobre la basura de las peleas de la cabaña y en el patio.
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Dios mío, ¿no estás cansado de sufrir con nosotros?
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¿Cuánto tiempo puedes estar de pie con un escudo y una espada?
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¿Solo, como un dedo entre el campo pendenciero?
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La bóveda gris de nubes susurra con lluvia tibia:
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Tu destino no es el límite, tu voluntad no es tu voluntad.
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Nací con derecho a elegir líneas,
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Caminos interminables que convergen en el cenit
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Sí, incluso un trozo de carbón para brillar donde está oscuro, -
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Aquí está todo el nudo en el hilo deshilachado.
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Una conversación en la mesa, como a través de un cortavientos,
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Me abro paso con dificultad por los páramos de la tristeza
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Y añorando el pasado... ¿Otra vez estás hablando de otra cosa?
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Y callemos o cantemos juntos,
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Y escuchemos la Palabra que era en el principio. |