| Al borde del bosque oscuro y profundo
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| Un destello de luz, una vista tan hermosa
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| Debajo del roble, florines justos y brillantes
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| «En busca de la muerte, un tesoro que hemos encontrado
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| Nuestro suceso una bendición y una maldición en uno
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| Nuestras oraciones son respondidas, el dios sin voz actúa
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| Durante décadas le he suplicado que me libere de las garras de la pobreza total»
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| «Esta es nuestra indulgencia concedida»
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| «Ligero viene, así vamos a gastar»
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| Pero cada uno de ellos tan ignorante del horror que amenaza
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| Tan consumidos por la glotonería, los tres comienzan a atiborrarse
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| Olvidando pronto el recuerdo de la hermandad que habían forjado
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| «En ese momento, mi deseo de vivir se hizo real»
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| Encerrado en el abrazo eterno de la codicia
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| Entre los árboles de hoja perenne, lejos de los ojos del mundo
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| Listo para cometer pecado total y absoluto
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| Para descansar, el mar ilimitado de oro
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| «Una sola moneda me hace una rapsodia»
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| Cada nota una bendición, un símbolo de pura riqueza
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| Guiado por imperativo que estaba más allá del control y la comprensión
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| «Esta es nuestra indulgencia concedida»
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| «Ligero viene, así vamos a gastar»
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| Pero cada uno de ellos tan ignorante del horror que amenaza
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| Tan consumidos por la glotonería, los tres comienzan a atiborrarse
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| Olvidando pronto el recuerdo de la hermandad que habían forjado
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| «Hermanos, estad atentos a lo que digo»
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| «Viaja en lo profundo de los océanos de oro y sumérgete conmigo»
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| «Este tesoro, una fortuna que nos ha sido dada
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| ¿Te hace pensar?
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| ¿Por qué hoy hemos de tener una gracia tan justa?»
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| Despertar. |
| Campesino a rey
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| «Esta es nuestra indulgencia concedida» |