| Y tal vez debería tomar un tren y acostarme en los pasillos
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| Escuchando un rato el ritmo simple cantándome para dormir
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| Y tal vez me despierto al romper el mediodía, olvidando de dónde soy
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| Supongo que había un agujero en la bolsa de nuestro salvador
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| Donde nos peleamos y algunos fueron arrastrados
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| Y tal vez cuando crezca cabalgue hacia el mar
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| Y contar cuentos fantásticos de mi ciudad natal como si fuera un buen lugar para estar
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| Y luego el mar se rasga y sé que Moisés es la estrella
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| Veo un arco iris, a través de las llamas en mi ojo
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| Nunca me sentí tan bien, nunca me drogué tanto
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| Y tal vez es tarde y las farolas empiezan a brillar
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| Extendiéndose como una cadena de dolores hacia las aguas deslumbrantes
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| Donde las hijas solitarias del muelle están paseando por el muelle
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| Y dicen que el dinero viejo está pasando
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| Bueno, golpee mis cejas en la avenida
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| Y luego las estrellas comienzan a mecerse como Galileo borracho
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| Y mírame mirando hacia el cielo, sin saber a quién agradecer
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| Porque me duele guardar secretos, esta Jericó está en llamas
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| Un collar en llamas a mi alrededor, estas murallas de la ciudad me rodean
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| Veo un arco iris, a través de las llamas en mi ojo
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| Nunca me sentí tan bien, nunca me drogué tanto
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| Sangro para que las estrellas brillen
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| Los caballos salvajes están pateando dentro de mí
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| Y tal vez algunos busquen consuelo aquí con sonidos de corrientes de cristal.
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| Con sueños de ruiseñores, vistos solo en libros maltratados
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| Cabalgando desde los trenes subterráneos, gritando desde las grietas
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| Y ama como un sanador para cada herida, pero nadie se salva
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| nadie es inmune
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| Veo un arco iris, a través de las llamas en mi ojo
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| Nunca me sentí tan bien, nunca me drogué tanto |