| Como me subí a un autobús de la ciudad y encontré un asiento libre
|
| Creí ver a mi futura novia caminando por la calle
|
| Le grité al conductor: «Oye conductor, debes reducir la velocidad
|
| Creo que la veo, por favor déjame bajar de este autobús»
|
| Nadine, cariño, ¿eres tú?
|
| Oh, Nadine, cariño, ¿eres tú?
|
| Parece que cada vez que te veo
|
| Cariño, tienes algo más que hacer
|
| La vi desde la esquina cuando se dio la vuelta y retrocedió.
|
| Y comenzó a caminar hacia un Cadillac color café
|
| Estaba empujando a través de la multitud tratando de llegar a donde ella está
|
| Estaba en campaña gritando como un diplomático del sur
|
| Nadine, cariño, ¿eres tú?
|
| Oh, Nadine, cariño, ¿dónde estás?
|
| Parece que cada vez que te alcanzo
|
| Estás tramando algo nuevo
|
| En el centro buscándola mirando por todos lados
|
| La vi subirse a un taxi amarillo que se dirigía a la ciudad
|
| Tomé un taxi cargado, pagué la cuenta de todos
|
| Con un billete de veinte dólares le dijo: «Coge ese taxi amarillo»
|
| Nadine, cariño, ¿eres tú?
|
| Oh, Nadine, cariño, ¿eres tú?
|
| Parece que cada vez que te alcanzo
|
| Estás tramando algo nuevo
|
| Ella se mueve como una ola de brisa de verano
|
| Anda, chofer, anda, anda, atrápala por mí por favor
|
| Moviéndose a través del tráfico como un caballero montado
|
| Asomándose por la ventanilla del taxi tratando de hacerla oír
|
| Nadine, cariño, ¿eres tú?
|
| Oh, Nadine, cariño, ¿eres tú?
|
| Parece que cada vez que te veo
|
| Cariño, estás tramando algo nuevo |