| ¡Marchar sobre! |
| ¡Conquista y no tomes esclavos!
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| Porque estamos aquí para recuperar el conocimiento
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| Eso nos lo han quitado hace mucho tiempo
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| Eso nos lo han robado los cerdos que se hacen llamar profetas
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| «¡Aquí, donde cayó un héroe, cae una columna!
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| Aquí, donde el águila mímica brillaba en oro
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| ¡Una vigilia de medianoche sostiene al murciélago moreno!
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| Aquí, donde las damas de Roma sus cabellos dorados
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| (¡Agite al viento, ahora agite la caña y el cardo!
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| Aquí, donde en trono de oro el monarca holgazaneaba)
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| Se desliza, como un espectro, hacia su hogar de mármol
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| Iluminado por la pálida luz de la luna cornuda
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| ¡La lagartija veloz y silenciosa de las piedras!» |
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| ¡Marchar sobre! |
| ¡Conquista y no tomes esclavos!
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| Porque estamos aquí para recuperar el conocimiento
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| Eso nos lo han quitado hace mucho tiempo
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| Eso nos lo han robado los cerdos que se hacen llamar profetas
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| ¡Subir! |
| Como Phoenix de las cenizas
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| ¡Vivir! |
| Según tus pensamientos
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| ¡Pensar! |
| No hay Dios ni Satanás...
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| ¡Morir! |
| ¡Como Phoenix luego renace!
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| ¡Marchar sobre! |
| ¡Conquista y no tomes esclavos!
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| Porque estamos aquí para recuperar el conocimiento
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| Eso nos lo han quitado hace mucho tiempo
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| Eso nos lo han robado los cerdos que se hacen llamar profetas
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| «Gobernamos los corazones de los hombres más poderosos—gobernamos
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| Con un dominio despótico todas las mentes gigantes
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| No somos impotentes, somos piedras pálidas
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| No todo nuestro poder se ha ido, no toda nuestra fama
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| No toda la magia de nuestro alto renombre
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| No toda la maravilla que nos rodea
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| No todos los misterios que en nosotros yacen
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| No todos los recuerdos que cuelgan
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| Y se aferran a nosotros como una prenda
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| Revístenos con un manto de más que gloria.» |
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